Por Javier Torres Molina
Envar "Cacho" El Kadre (1941-1998) fue uno de los símbolos de la militancia popular desde antes de los 60.
Fundador de la Juventud Peronista, participó activamente de lo que se conoció como la Resistencia Peronista, siendo uno de los primeros en llevar a cabo la lucha armada en nuestro país.
Nació en Río Cuarto un 1º de mayo de 1941.
Tuvo su infancia feliz durante los gobiernos de Perón, y al poco tiempo de ser éste derrocado por la Revolución Libertadora comenzó su militancia.
Los bombardeos a la Plaza de Mayo, los fusilamientos de José León Suárez y la proscripción del peronismo fueron acontecimientos que lo marcaron a fuego.
Apenas salido de la adolescencia, junto a un puñado de compañeros fundó la Juventud Peronista.
Al principio, las acciones que llevaban a cabo consistían en juntarse en la calle Florida y colgar algún retrato de Perón y de Evita, y desafiando al decreto-ley 4161 que prohibía a ambos nombrarlos en público gritaban consignas en su favor y cantaban la marcha peronista.
Más adelante se organizaron en todo el país en el Movimiento de la Juventud Peronista, que luego originaría a las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), intentando en 1968 realizar un foco guerrillero en Tucumán, que no se pudo concretar y al ser descubiertos por el ejército fueron encarcelados.
Fue preso político entre los años 60-63, 68-73 y exiliado a partir del 75 en Francia, desde donde denunció internacionalmente los crímenes de la dictadura militar.
Con el retorno de la democracia se dedicó a temas culturales, adoptando como oficios la producción cinematográfica y la dirección de un sello discográfico, pero siempre intentando aportar a la reconstrucción del movimiento nacional y popular.
Sus obsesiones fueron el recuerdo de los compañeros caídos y la voluntad de configurar la memoria histórica de nuestro pueblo; en ese sentido su aporte a través de charlas y encuentros (sobre todo con los jóvenes), sea en barrios, universidades o actos en todo el país, fue invalorable.
No se calzaba el traje de militante para hablar en un acto o tener una discusión política: la militancia de Cacho era la vida misma. Siempre decía que para luchar no se necesitaba "leer algún manual" ni que la revolución se hacía "con escuadras o tiralíneas", sabía que bastaba identificarse con la lucha del pueblo y que sólo "hay que sentir como propia cualquier injusticia que se cometa contra cualquiera en cualquier parte del mundo", haciendo suya con total autoridad la frase del Che Guevara.
No dividía a las personas de acuerdo a su carácter ideológico o partidario: "Las personas se dividen en buenas o malas personas", con humildad y con todas esas premisas buscó hasta el final "cavar la propia trinchera donde luchar".
Como muestra del significado que tiene para el movimiento popular, hay que decir que al día siguiente de su muerte en paredones de Buenos Aires, al lado de consignas partidarias, se podía leer: "Aguante Cacho El Kadre", que en Rosario se constituyó el Centro de Estudios para la Transformación Social "Envar El Kadre".
Compañeros suyos de capital se agruparon bajo su nombre, en la plaza del barrio de toda su vida una plaqueta lo recuerda, y en algunas zonas del conurbano, la corriente de desocupados Envar El Kadre lo homenajea cotidianamente entre piquetes y cortes de ruta. Su nombre ya es bandera.
El 19 de julio del 98 ese corazón grande que tenía le dijo basta, tenía 57 años cargados de lucha, solidaridad y ternura.
Al día siguiente cientos de familiares y compañeros lo lloraron y despidieron; era el día del amigo. Sus restos descansan en el cementerio islámico con tierra que él mismo había traído del Líbano, el lugar de sus antepasados. Su memoria está siempre presente.
Fundador de la Juventud Peronista, participó activamente de lo que se conoció como la Resistencia Peronista, siendo uno de los primeros en llevar a cabo la lucha armada en nuestro país.
Nació en Río Cuarto un 1º de mayo de 1941.
Tuvo su infancia feliz durante los gobiernos de Perón, y al poco tiempo de ser éste derrocado por la Revolución Libertadora comenzó su militancia.
Los bombardeos a la Plaza de Mayo, los fusilamientos de José León Suárez y la proscripción del peronismo fueron acontecimientos que lo marcaron a fuego.
Apenas salido de la adolescencia, junto a un puñado de compañeros fundó la Juventud Peronista.
Al principio, las acciones que llevaban a cabo consistían en juntarse en la calle Florida y colgar algún retrato de Perón y de Evita, y desafiando al decreto-ley 4161 que prohibía a ambos nombrarlos en público gritaban consignas en su favor y cantaban la marcha peronista.
Más adelante se organizaron en todo el país en el Movimiento de la Juventud Peronista, que luego originaría a las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), intentando en 1968 realizar un foco guerrillero en Tucumán, que no se pudo concretar y al ser descubiertos por el ejército fueron encarcelados.
Fue preso político entre los años 60-63, 68-73 y exiliado a partir del 75 en Francia, desde donde denunció internacionalmente los crímenes de la dictadura militar.
Con el retorno de la democracia se dedicó a temas culturales, adoptando como oficios la producción cinematográfica y la dirección de un sello discográfico, pero siempre intentando aportar a la reconstrucción del movimiento nacional y popular.
Sus obsesiones fueron el recuerdo de los compañeros caídos y la voluntad de configurar la memoria histórica de nuestro pueblo; en ese sentido su aporte a través de charlas y encuentros (sobre todo con los jóvenes), sea en barrios, universidades o actos en todo el país, fue invalorable.
No se calzaba el traje de militante para hablar en un acto o tener una discusión política: la militancia de Cacho era la vida misma. Siempre decía que para luchar no se necesitaba "leer algún manual" ni que la revolución se hacía "con escuadras o tiralíneas", sabía que bastaba identificarse con la lucha del pueblo y que sólo "hay que sentir como propia cualquier injusticia que se cometa contra cualquiera en cualquier parte del mundo", haciendo suya con total autoridad la frase del Che Guevara.
No dividía a las personas de acuerdo a su carácter ideológico o partidario: "Las personas se dividen en buenas o malas personas", con humildad y con todas esas premisas buscó hasta el final "cavar la propia trinchera donde luchar".
Como muestra del significado que tiene para el movimiento popular, hay que decir que al día siguiente de su muerte en paredones de Buenos Aires, al lado de consignas partidarias, se podía leer: "Aguante Cacho El Kadre", que en Rosario se constituyó el Centro de Estudios para la Transformación Social "Envar El Kadre".
Compañeros suyos de capital se agruparon bajo su nombre, en la plaza del barrio de toda su vida una plaqueta lo recuerda, y en algunas zonas del conurbano, la corriente de desocupados Envar El Kadre lo homenajea cotidianamente entre piquetes y cortes de ruta. Su nombre ya es bandera.
El 19 de julio del 98 ese corazón grande que tenía le dijo basta, tenía 57 años cargados de lucha, solidaridad y ternura.
Al día siguiente cientos de familiares y compañeros lo lloraron y despidieron; era el día del amigo. Sus restos descansan en el cementerio islámico con tierra que él mismo había traído del Líbano, el lugar de sus antepasados. Su memoria está siempre presente.
JTM/ Artículo publicado en Tintas del Sur nº 4, revista de la agrupación Galpón Sur, integrante de la COPA.
Nota: La grafía correcta del apellido de Envar es "Kadre", pero erróneamente se ha difundido y generalizado "Kadri"
Nota: La grafía correcta del apellido de Envar es "Kadre", pero erróneamente se ha difundido y generalizado "Kadri"
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