“Y ahora unos jueces nos han querido dar una bofetada dejando en libertad a los más cobardes asesinos, justamente a los que estaban aquí... Pero no van a triunfar, los vamos a combatir con las leyes y la democracia, y esos asesinos no van a salir más de las cárceles, y vamos a seguir luchando por los derechos humanos de los niños de las villas de emergencia”, afirmó Osvaldo Bayer, en la ex ESMA, hoy Espacio de la Memoria, al ser distinguido con el premio Azucena Villaflor.
Bayer aceptó la distinción y aseguró: “No lo merezco, quienes lo merecen son los queridos desaparecidos, que fueron sin lugar a dudas los mejores de nuestra generación”. “Walsh, el mejor de todos, también Paco Urondo y Conti”, señaló el escritor autor de la obra Rebeldía y esperanza.
Recordó que cuando regresó del exilio, tras la dictadura, “al primer acto que fui fue al de la Facultad de Arquitectura de La Plata, para recordar a estudiantes y arquitectos desaparecidos. Plantamos árboles y allí están mirándonos desde esos árboles”.
También mencionó al operativo dictatorial denominado La noche de los lápices, en que se secuestró a estudiantes, en La Plata:“Qué espanto, estudiantes secundarios, apenas salidos a la vida, llenos de esperanza, muertos por estos bestias uniformados que tuvimos como dictadores”.
Además, Bayer homenajeó a los trabajadores ajeros de Mendoza, “a los niños ajeros, cuyas ristras de ajos son como símbolos de las cadenas que los aprisionan".
Mariana
ENTRE EL ESPANTO Y LA TERNURA LA VIDA CANTA
UNA TONADA CLARA Y OSCURA, PROFANA Y SANTA.
ENTRE EL ESPANTO Y LA TERNURA, HORA TEMPRANA,
TRABAJA EL HOMBRE ENTRE LOCURA PARA MAÑANA, PARA MAÑANA.
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