Un Angel en vez de un represor
La ley fue aprobada ayer por la Legislatura porteña. El cambio, que se había debatido en una audiencia pública, rinde homenaje al personaje de Crónicas del Angel Gris, el libro de Alejandro Dolina cuyo escenario es el barrio de Flores.
Por Eduardo Videla
Desde hace casi veinte años los vecinos de Flores reclamaban el cambio de nombre de la plaza. La plaza del barrio de Flores que hasta ahora lleva el nombre de un militar golpista, responsable de los fusilamientos de 1956, pasará a llamarse Del Angel Gris, el personaje creado por el escritor Alejandro Dolina para contar sus historias situadas, precisamente, en ese barrio porteño. Lo dispuso anoche la Legislatura porteña, que hizo realidad una propuesta nacida hace casi veinte años, realizada por vecinos de Flores. “No lo veo como un homenaje a mí, como dicen, sino al personaje, al que he viso pintado por los atorrantes del barrio del barrio y un artista en la estación del ferrocarril, que ya no es mío, porque fue aceptado por la gente”, dijo Dolina a Página/12.
La plaza está ubicada entre la avenida Avellaneda y las calles Donato Alvarez, Bogotá y Cálcena. Hasta ayer se llamaba Pedro Eugenio Aramburu, pese a que los vecinos proponían desde hace tiempo cambiarle el nombre. “Primero queríamos ponerle Felipe Vallese (el militante peronista desaparecido en la década del ’60), pero ya había un tramo de la calle Canalejas que llevaba su nombre”, recuerda Luis Bilancieri, miembro de la agrupación La Marechal, del barrio de Flores, uno de los impulsores de la modificación. “Otra propuesta era ‘Hermanos Gálvez’, los corredores de TC que tenían su taller sobre Avellaneda. Pero ya estaba el Autódromo con ese nombre”, agrega. En 1990, el Concejo Deliberante aprobó una ordenanza que convocaba a una consulta vecinal para cambiar el nombre de la plaza. “Pero el intendente Carlos Grosso la vetó, porque ese tereno había sido donado con la condición de que la plaza llevara ese nombre”, recuerda Bilancieri.
Esta vez, el proyecto aprobado presentado por la diputada Alicia Bello (Frente para la Victoria) tuvo a su favor la ley que prohíbe que espacios públicos lleven el nombre de represores. La norma fue aprobada en segunda lectura: antes había sido debatida en una audiencia pública, en junio último, en la que participaron, entre otros, Soledad Valle, la nieta del general Juan José Valle, fusilado en 1956 junto a un grupo de militares y civiles, por orden de Aramburu. También respaldaron la propuesta el historiador Pacho O’Donnell y el periodista Martín García y vecinos de Flores. “No se presentó nadie que defendiera el nombre que tenía la plaza”, recordó Bello, en diálogo con este diario.
“Este cambio de nombre es un homenaje a la democracia y un repudio a los golpes de Estado, que siempre estuvieron asociados a las persecuciones, tragedias y muertes y que en este caso marcó el comienzo de un experimento de Estado terrorista, que tuvo su máxima expresión en 1976”, destacó la diputada Bello.
Aramburu fue parte del golpe militar de 1955, que derrocó a Juan Domingo Perón y se autodenominó Revolución Libertadora. Asumió la presidencia de facto el 13 de noviembre de 1955 y al año siguiente ordenó el fusilamiento de Valle y otros 17 militares y de los civiles asesinados en José león Suárez, episodio que el periodista Rodolfo Walsh reveló en su libro Operación Masacre.
“Conozco ese lugar desde que no era una plaza: era un enorme baldío cercado, con un pastizal y muchos árboles”, recordó Dolina ante una consulta de este diario. “Yo nunca viví en Flores, pero conozco bien el lugar porque allí me reunía con mis amigos, con quienes tenía un grupo de música, anduve mucho por sus calles. Y cuando volvía en el 53 a Caseros, imaginaba las historias que luego se plasmaron en un libro”, recuerda, en alusión a sus Crónicas del Angel Gris, publicado en 1988. “Lo tomo como una alegría íntima y muy personal. Me pongo contento y es una gran satisfacción pero me quedo sin palabras porque una cosa así, tan delicada, me atañe en forma directa”, concluyó.
Link a la nota: http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/sociedad/3-132401-2009-09-25.html
La plaza está ubicada entre la avenida Avellaneda y las calles Donato Alvarez, Bogotá y Cálcena. Hasta ayer se llamaba Pedro Eugenio Aramburu, pese a que los vecinos proponían desde hace tiempo cambiarle el nombre. “Primero queríamos ponerle Felipe Vallese (el militante peronista desaparecido en la década del ’60), pero ya había un tramo de la calle Canalejas que llevaba su nombre”, recuerda Luis Bilancieri, miembro de la agrupación La Marechal, del barrio de Flores, uno de los impulsores de la modificación. “Otra propuesta era ‘Hermanos Gálvez’, los corredores de TC que tenían su taller sobre Avellaneda. Pero ya estaba el Autódromo con ese nombre”, agrega. En 1990, el Concejo Deliberante aprobó una ordenanza que convocaba a una consulta vecinal para cambiar el nombre de la plaza. “Pero el intendente Carlos Grosso la vetó, porque ese tereno había sido donado con la condición de que la plaza llevara ese nombre”, recuerda Bilancieri.
Esta vez, el proyecto aprobado presentado por la diputada Alicia Bello (Frente para la Victoria) tuvo a su favor la ley que prohíbe que espacios públicos lleven el nombre de represores. La norma fue aprobada en segunda lectura: antes había sido debatida en una audiencia pública, en junio último, en la que participaron, entre otros, Soledad Valle, la nieta del general Juan José Valle, fusilado en 1956 junto a un grupo de militares y civiles, por orden de Aramburu. También respaldaron la propuesta el historiador Pacho O’Donnell y el periodista Martín García y vecinos de Flores. “No se presentó nadie que defendiera el nombre que tenía la plaza”, recordó Bello, en diálogo con este diario.
“Este cambio de nombre es un homenaje a la democracia y un repudio a los golpes de Estado, que siempre estuvieron asociados a las persecuciones, tragedias y muertes y que en este caso marcó el comienzo de un experimento de Estado terrorista, que tuvo su máxima expresión en 1976”, destacó la diputada Bello.
Aramburu fue parte del golpe militar de 1955, que derrocó a Juan Domingo Perón y se autodenominó Revolución Libertadora. Asumió la presidencia de facto el 13 de noviembre de 1955 y al año siguiente ordenó el fusilamiento de Valle y otros 17 militares y de los civiles asesinados en José león Suárez, episodio que el periodista Rodolfo Walsh reveló en su libro Operación Masacre.
“Conozco ese lugar desde que no era una plaza: era un enorme baldío cercado, con un pastizal y muchos árboles”, recordó Dolina ante una consulta de este diario. “Yo nunca viví en Flores, pero conozco bien el lugar porque allí me reunía con mis amigos, con quienes tenía un grupo de música, anduve mucho por sus calles. Y cuando volvía en el 53 a Caseros, imaginaba las historias que luego se plasmaron en un libro”, recuerda, en alusión a sus Crónicas del Angel Gris, publicado en 1988. “Lo tomo como una alegría íntima y muy personal. Me pongo contento y es una gran satisfacción pero me quedo sin palabras porque una cosa así, tan delicada, me atañe en forma directa”, concluyó.
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