http://tiempo.elargentino.com/ - Publicado el 18 de Febrero de 2011
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Aunque no hubo discursos, se mostraron juntos a horas de que el PJ bonaerense se reúna a discutir sobre las colectoras. El festejo fue seguido por una multitud y el show rindió homenaje a las primeras figuras del deporte.
La presidenta Cristina Fernández y el gobernador Daniel Scioli reinauguraron ayer la primera cancha de fútbol techada del país, el Estadio Único de La Plata, en un evento deportivo y musical que mostró, como se esperaba, condimentos políticos. La presidenta y el gobernador se ubicaron uno al lado del otro en el palco de honor, entre el titular de la AFA, Julio Grondona, el intendente anfitrión, Pablo Bruera, y la esposa de Scioli, Karina Rabolini. Las cuatro pantallas gigantes que colgaban del techo los mostraron sonrientes la mayor parte del tiempo, con Cristina más proclive a las bromas –con las manos hacía gestos sobre Gimnasia y Estudiantes, los dos equipos de la ciudad– y Scioli controlando que todo saliera bien. No hubo discursos, lo que fue un hecho llamativo para una inauguración de esta naturaleza.
Fue la primera vez que la presidenta y el gobernador se mostraron juntos tras la escalada del debate por las listas colectoras en la provincia de Buenos Aires. Ese contexto, algo enrarecido, posee al peronismo bonaerense en estado de asamblea: hoy tendrá su expresión en el congreso partidario de Sierra de los Padres. Pero la polémica que reina en el PJ tuvo también su reflejo en la inauguración del primer estadio techado con campo de juego móvil de la Argentina. En las tribunas se vieron algunas banderas que decían “Cristina 2011” y “Scioli 2011”, aunque las que llevaban el apellido del gobernador, todas de riguroso color naranja, símbolo de la gobernación bonaerense, lo postulaban para la reelección.
La presidenta llegó en helicóptero cerca de las 21 y aterrizó en las inmediaciones de la cancha. Scioli, que había arribado casi dos horas antes, la esperaba para ingresar juntos al estadio. Así lo hicieron, acompañados por varios gobernadores que habían sido especialmente invitados para la ocasión: estaban José Luis Gioja (San Juan), Maurice Closs (Misiones), Celso Jaque (Mendoza) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero). Aunque ya se había anunciado que ninguno de los dos hablaría, igual no dejó de sorprender que en un evento de trascendencia nacional, con transmisión televisiva en directo, no hubiera discursos de ningún tipo. Las especulaciones atribuyeron el silencio a la discusión interna del oficialismo.
Aun sin hacer un discurso, Scioli igual se las ingenió para darle una impronta propia, diferenciada si se quiere, al espectáculo. Fue, en todo caso, fiel a su estilo. Tras las palabras iniciales de Federica Pais, locutora habitual en los actos kirchneristas, el campo de juego fue escenario de un show que rindió homenaje a las figuras del deporte de élite: por la cancha del Estadio Único desfilaron el nadador José Meolans, el ex basquetbolista y hoy dirigente político de Córdoba, Héctor “Pichi” Campana; el correntino Carlos “Camau” Espínola, la boxeadora Marcela “Tigresa” Acuña, entre otros. Tampoco faltaron los futbolistas, en ejercicio o retirados, sobre todo los identificados con los dos clubes platenses, Estudiantes y Gimnasia: Guillermo Barros Schelotto, Juan Sebastián Verón, Marcelo Delgado, Raúl Cascini.
En el palco de honor hubo también asistencia perfecta de los funcionarios del gobierno de Scioli: el ministro de Desarrollo Social, Baldomero “Cacho” Álvarez, quien aspira a ser el compañero de fórmula del gobernador en la próxima fórmula bonaerense, se llevó el mayor protagonismo; al menos en la cantidad de veces que se adivinó su rostro, serio, en segunda fila detrás del gobernador. Álvarez, junto con Bruera, fueron también los que aportaron mayor cantidad de gente a las tribunas. En la preparación del acto, los organizadores habían repartido los sectores de la cancha para cada grupo del peronismo: el ministro de Scioli y el jefe comunal de La Plata, dos aliados claves, habían sido beneficiados con las dos cabeceras, detrás de los arcos: la idea, que resultó tal cual lo convenido, era que se notara mucho el color naranja, a esta altura el símbolo del sciolismo. <
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