No tan pronto -Por Luciano Lázaro
Aún me tiemblan las manos,
los ojos siguen mojados
y la vista borrosa.
Hay un corazón que pide tregua,
detener por un minuto
esta angustia, esta cosa.
los ojos siguen mojados
y la vista borrosa.
Hay un corazón que pide tregua,
detener por un minuto
esta angustia, esta cosa.
Y digo cosa por no decir bronca,
por no seguir puteando
al aire, a las paredes, a Dios y su ceguera.
por no seguir puteando
al aire, a las paredes, a Dios y su ceguera.
Por no insistir en preguntarme
adónde van los justos, los buenaleche,
los tipos que viven sin moderar la vida.
adónde van los justos, los buenaleche,
los tipos que viven sin moderar la vida.
Entonces imagino.
Lo veo, me corrijo.
Una fila inmensa, ansiosa y en guardia.
Metros y metros de hombres, de sueños,
de mujeres sin dueño,
de niños sin nombre.
Lo veo, me corrijo.
Una fila inmensa, ansiosa y en guardia.
Metros y metros de hombres, de sueños,
de mujeres sin dueño,
de niños sin nombre.
A lo lejos, alguien espera.
Calmo. Ya sin luz de tanta luz.
Y ellos se siguen agolpando. Lo buscan a él.
Lo esperaban, no tan pronto es cierto.
Calmo. Ya sin luz de tanta luz.
Y ellos se siguen agolpando. Lo buscan a él.
Lo esperaban, no tan pronto es cierto.
Y Néstor se levanta, ya de pie con estos pies nuevos.
Los mira y pregunta: ¿Cuántos son?
Los mira y pregunta: ¿Cuántos son?
Se hace un silencio. Nadie se atreve.
Quizá porque no sabe que es otro.
Quizá porque no sabe que es otro.
A lo lejos, una mano aparece entre lo contrario,
Una mano que fue tiempo, militancia y adiós.
Una mano que fue tiempo, militancia y adiós.
Treintamil, le contesta.
Nosotros somos los treintamil.
Nosotros somos los treintamil.
Lo estábamos esperando, compañero.
No tan pronto,
pero lo estábamos esperando.
No tan pronto,
pero lo estábamos esperando.
7 de febrero de 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Mostrar botones para compartir