BUENOS AIRES — La activa política social de la mandataria argentina Cristina Kirchner cautivó a millones de trabajadores y pobres, que forman el principal caudal electoral para sustentar su favoritismo en las presidenciales del domingo próximo, según los sondeos.
Las encuestas cantan en favor de esta carismática líder peronista de 58 años otra avalancha de sufragios como la del 50,7% que hizo temblar las urnas en las primarias obligatorias del 14 de agosto, y que ahora los sondeos elevan a un rango de entre 51% y 55% del total de sufragios.
Casi 29 millones de argentinos están empadronados para los comicios en los que Kirchner buscará un segundo mandato de cuatro años, con la perspectiva de ganar sin balotaje debido a que le lleva entre 35 y 40 puntos de ventaja en los sondeos al segundo, el socialista Hermes Binner.
En Argentina alcanza con sumar en primera vuelta más del 45% de los votos o bien más del 40% pero con una diferencia de 10 puntos sobre el segundo.
"La explicación del apoyo es que el alza de la economía (8% en promedio desde 2003) entró a las casas, lo siente la gente", analizó la socióloga Analía Del Franco, directora de la consultora Analogías.
El núcleo del respaldo radica en trabajadores y sindicatos, amas de casa con jubilaciones especiales y masas empobrecidas que cobran subsidios alimentarios.
Las consultoras OPSM, Poliarquía, Giacobbe, Equis, Analogías, Julio Aurelio y Management & Fit adjudican a Kirchner entre 51% y 55%, delante de Binner (12% y 16%), el socialdemócrata radical Ricardo Alfonsín (8% y 12%) y el peronista disidente Alberto Rodríguez Saá (9% y 11%).
El consumo creció a un ritmo del 4% anual, con firmes ventas de vehículos, electrodomésticos y alimentos, aunque la proyección de alza para este año es de 2,5% anual, según la consultora CCR, por efecto de la inflación.
El alza real del costo de vida sigue en 25% anual, según la oposición en el Congreso, a diferencia del desacreditado índice oficial de 10%, en quien nadie cree, ni siquiera los gremios peronistas, pero la alta inflación no hizo mella en la imagen de Kirchner.
Si las encuestas aciertan, Kirchner recuperará el control de Diputados y reforzará el que tiene en el Senado.
Otro fenómeno de este último año en la política argentina fue el giro moderado de la Presidenta tras la muerte de su marido, compañero de ruta y ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007), un confrontativo por naturaleza.
"Aquí hay una explicación más política que económica. Ella releyó y cambió su relación con la clase media (que empujó su derrota en las legislativas de 2009)", afirmó el politólogo Enrique Zuleta Puceiro, director de la consultora OPSM.
La tendencia de Kirchner "es ahora progresista moderada, ni de izquierda ni de derecha y por eso no sólo la votan en zonas pobres", dijo Zuleta Puceiro.
"La Presidenta hizo un gran gesto esta semana al reunirse con nosotros", dijo Carlos Garetto, quien fue un líder de la rebelión de patronales agrarias contra el alza de impuestos que la pusieron en jaque en 2008.
Sucede que la cosecha bate récords por arriba de las 100 millones de toneladas, según la secretaría de Agricultura, y la soja sigue siendo la gallina de los huevos de oro, con ingresos iguales a un tercio de las exportaciones por 75.000 millones de dólares en 2011, según la Bolsa de Comercio.
"La gente responde en las encuestas que le va bien y que le va a ir mejor", dijo el politólogo y profesor universitario Julio Aurelio, director de la consultora Aresco.
Es cierto que la pobreza bajó, según el Gobierno, a 8,3% (dos millones de personas en las 31 principales ciudades) tras haber tocado índices escalofriantes a finales de los años 90.
Pero al disfrazar la inflación se subestima el valor de la canasta básica y mucha gente deja de ser considerada pobre, condición que institutos privados atribuyen al menos a 10 millones de personas.
Al electorado, según los analistas, no parece pesarle que a Kirchner la acusaron de aumentar la riqueza 928% en su declaración patrimonial por compra de tierras fiscales a precio vil en la Patagonia (sur).
Y tampoco parecen influir escándalos de corrupción como el que manchó a sus aliadas, las Madres de Plaza de Mayo por un presunto fraude de su ex apoderado Sergio Schoklender.
"¿Y si no votamos a Cristina, a quién?, dice la gente. No hay nada Argentina que te haga girar la cabeza para mirar otra vidriera", señaló a la AFP el sociólogo Jorge Giacobbe, de la consultora homónima y ex consultor de Transparencia Internacional.--)
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