Para Jorge Rivas, “se han registrado avances significativos en los últimos cinco años”
El dirigente socialista, que ocupaba el cargo de ex vicejefe de Gabinete cuando el 13 de noviembre último fue asaltado y golpeado en Temperley y debió abandonar la función pública, destacó los logros de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner en la baja de la pobreza, del desempleo y de la mejora en la calidad institucional.
El dirigente socialista, que ocupaba el cargo de ex vicejefe de Gabinete cuando el 13 de noviembre último fue asaltado y golpeado en Temperley y debió abandonar la función pública, destacó los logros de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner en la baja de la pobreza, del desempleo y de la mejora en la calidad institucional.
En un artículo publicado hoy en Página/12, el dirigente formuló algunas reflexiones en torno a la celebración de los 25 años de la democracia.
Allí consideró que “el camino recorrido no ha sido sencillo ni ha estado libre de graves crisis”, aunque destacó que “ya hay una generación de jóvenes que ha vivido su vida entera en un país en el que rige en plenitud el Estado de Derecho” y que a raíz de ello “los más jóvenes tienen una exigencia mayor respecto de la democracia”.
En ese sentido, señaló que “nuestra democracia arrastra cuentas pendientes a las que no es conveniente sacarles el cuerpo” pero que “en relación con algunos de esos males, que alcanzaron su máxima expresión en los noventa y en la gran frustración de fines de 2001, se han registrado sin embargo avances significativos en los últimos cinco años”.
El ex funcionario remarcó que “de entre todos los males, el de la pobreza es sin duda el más intolerable”; sin embargo, sostuvo que “no puede obviarse el hecho de que en mayo de 2003 el índice de personas que vivían por debajo de la línea de pobreza en la Argentina alcanzaba a 51,7, y que ese índice se ubica ahora alrededor del 20 por ciento. El desempleo, por su parte, también ha descendido desde el 16,4 por ciento al 7,5 en idéntico lapso. Está claro que no es bastante, pero la propia presidenta Cristina Fernández dijo en su discurso de asunción que mientras haya un pobre en la patria ningún gobierno podrá decir que ha obtenido una victoria”.
Además, subrayó el cambio en política internacional, desde las relaciones carnales al fortalecimiento de “los lazos horizontales de cooperación con otros países de la región, en busca de una integración que permita una mejor defensa de los intereses del conjunto”.
Y finaliza el artículo con otras dos consideraciones: en primer lugar en cuanto a la calidad institucional, apuntó el cambio en la Corte Suprema, la aplicación de justicia a los genocidas y “el renovado rol que está cumpliendo el Congreso de la Nación en la toma de decisiones”.
Y en segundo lugar, fue muy crítico con la oposición que, según su visión, no logra “construir una alternativa convincente de gobierno, lo que resulta dañino para la salud del sistema político”.
Allí consideró que “el camino recorrido no ha sido sencillo ni ha estado libre de graves crisis”, aunque destacó que “ya hay una generación de jóvenes que ha vivido su vida entera en un país en el que rige en plenitud el Estado de Derecho” y que a raíz de ello “los más jóvenes tienen una exigencia mayor respecto de la democracia”.
En ese sentido, señaló que “nuestra democracia arrastra cuentas pendientes a las que no es conveniente sacarles el cuerpo” pero que “en relación con algunos de esos males, que alcanzaron su máxima expresión en los noventa y en la gran frustración de fines de 2001, se han registrado sin embargo avances significativos en los últimos cinco años”.
El ex funcionario remarcó que “de entre todos los males, el de la pobreza es sin duda el más intolerable”; sin embargo, sostuvo que “no puede obviarse el hecho de que en mayo de 2003 el índice de personas que vivían por debajo de la línea de pobreza en la Argentina alcanzaba a 51,7, y que ese índice se ubica ahora alrededor del 20 por ciento. El desempleo, por su parte, también ha descendido desde el 16,4 por ciento al 7,5 en idéntico lapso. Está claro que no es bastante, pero la propia presidenta Cristina Fernández dijo en su discurso de asunción que mientras haya un pobre en la patria ningún gobierno podrá decir que ha obtenido una victoria”.
Además, subrayó el cambio en política internacional, desde las relaciones carnales al fortalecimiento de “los lazos horizontales de cooperación con otros países de la región, en busca de una integración que permita una mejor defensa de los intereses del conjunto”.
Y finaliza el artículo con otras dos consideraciones: en primer lugar en cuanto a la calidad institucional, apuntó el cambio en la Corte Suprema, la aplicación de justicia a los genocidas y “el renovado rol que está cumpliendo el Congreso de la Nación en la toma de decisiones”.
Y en segundo lugar, fue muy crítico con la oposición que, según su visión, no logra “construir una alternativa convincente de gobierno, lo que resulta dañino para la salud del sistema político”.
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