Los representantes de los países miembros de la OEA aplauden la medida que dejó sin efecto la expulsión de Cuba, en San Pedro Sula, Honduras Foto: AP
SAN PEDRO SULA, Honduras.- En una decisión histórica que está en sintonía con los recientes gestos de distensión de Washington hacia La Habana, los cancilleres de 34 países de la región derogaron ayer la resolución de 1962 que había excluido a Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA), pese a que el líder cubano, Raúl Castro, ya había adelantado que su país "jamás" volverá a esa organización.
Pocas horas después del anuncio, Cuba se felicitó por la decisión de derogar "sin condiciones" la suspensión, pero reiteró que La Habana no quiere regresar al organismo.
Eufóricos, los representantes de los 34 países de la OEA celebraron la decisión como el fin de una era. "La Guerra Fría ha terminado este día. Empezamos una nueva era de confraternidad y tolerancia", dijo el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, en la sesión plenaria de la 39a. Asamblea General de la OEA, que se celebró en esta ciudad.
La medida fue aprobada por unanimidad y "aclamación" (varios de los presentes aplaudieron de pie) e incluyó el voto favorable de Estados Unidos, un enemigo ideológico histórico del régimen comunista cubano. La decisión se da en medio de un acercamiento entre ambos países, y poco después de que el presidente norteamericano, Barack Obama, decidiera eliminar restricciones sobre viajes y envíos de remesas a Cuba.
Además, se produce poco después de la Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago, en la que los presidentes latinoamericanos presionaron a Obama para que se eliminara el embargo a la isla. En ese encuentro, en abril, también quedó abierto el camino para que la OEA revisara la expulsión Cuba del organismo.
"Deseo expresarles la felicitación, el orgullo de la secretaria [de Estado norteamericana, Hillary] Clinton" por la decisión, dijo a la Asamblea General Tom Shannon, subsecretario de Estado para las Américas.
"Ha sido una gran victoria de la diplomacia bolivariana", dijo, por su parte, el presidente venezolano, Hugo Chávez, el principal aliado de La Habana, y afirmó que los países de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA) fueron fundamentales para que el tema cubano estuviera sobre la mesa.
"Hoy es un día histórico: en la OEA, [...] con el consenso por aclamación de todos los países de esa organización, se dejó sin efecto la sanción que tenía la hermana República de Cuba", dijo ayer la presidenta argentina, Cristina Kirchner (ver Pág. 4).
En su primer artículo, la disposición aprobada ayer deja "sin efecto" la resolución de 1962 que había suspendido a Cuba de la OEA. Tal medida se había aprobado por considerar que su sistema unipartidista y su afiliación al marxismo-leninismo eran incompatibles con los principios democráticos de la organización.
En su segundo artículo, la resolución establece que "la participación de Cuba en la OEA será el resultado de un proceso de diálogo iniciado a solicitud del gobierno de La Habana y de conformidad con las prácticas, los propósitos y principios de la OEA".
Sin embargo, hay varios escollos para ese proceso de diálogo: según la Casa Blanca, incluirá democracia y derechos humanos, los eternos temas de discusión entre La Habana y Washington. Además, Raúl Castro ha criticado permanentemente a la organización, a la que considera "cómplice del intervencionismo de Washington", y ha dicho que su país "jamás" volverá a ser miembro.
Ayer mismo, un comunicado difundido por la televisión estatal reiteró la postura oficial: "Cuba no ha pedido, ni quiere, regresar a la OEA, llena de una historia tenebrosa y entreguista, pero reconoce el valor político, el simbolismo y la rebeldía que entraña esta decisión impulsada por los gobiernos populares de América latina".
Antes del anuncio, su hermano Fidel Castro también había fustigado a la OEA, calificándola como "el caballo de Troya [...] del neoliberalismo".
La resolución había sido lograda anteanoche, pero los países del ALBA se opusieron debido a que hacía referencia explícita a la Carta de la OEA e "instrumentos relacionados" sobre democracia y derechos humanos.
Sólo se logró un texto unificado cuando, a pedido de Brasil, se constituyó un grupo de 10 países para consensuarlo.
Agencias AP, Reuters y AFP
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