***** ***** ***** -----*****
Invitamos a Visitarnos en Twitter - @mirtapraino y en Face - Mirta Praino

3 jun 2009

La justicia le prohibió al kirchnerismo que utilice el “himno” peronista

La jueza Servini de Cubría accedió a un pedido del hijo del cantante para que la voz de su padre no sea utilizada por el matrimonio presidencial. Ya no. Los actos que los intendentes del conurbano le preparan al matrimonio presidencial deberán cambiar la banda sonora. Por Nicolás Wiñazki

http://www.soberania.org/Images/juan_domingo_peron_2.jpgDesde el viernes pasado, el peronismo no puede usar más en sus actos la marcha peronista. Mejor dicho: por decisión de la Justicia, el PJ de Néstor Kirchner tiene prohibido hacer vibrar a su público con el himno partidario cantado por su intérprete original y más emblemático, Hugo del Carril. El hijo del cantante, llamado igual que su padre, se presentó la semana pasada en el juzgado electoral de Servini de Cubría para pedir que el PJK deje de usufructuar la canción cuyos derechos comerciales están bajo propiedad de su familia.

“Kirchner no es peronista, no tiene nada que ver con el peronismo que me enseñó mi papá. No quiero que esta gente se aproveche de la canción de mi viejo. Si lo hacen, les voy a hacer juicio”, se enojó Hugo del Carril (h) ante Crítica de la Argentina.

Además de no poder usar su clásica marcha, la Justicia le negó al PJ la potestad exclusiva sobre otros símbolos ligados a su historia, como el escudo de las 62 Organizaciones o el dibujo de los dedos haciendo la “V”, que podrán ser utilizados por otros frentes en estas elecciones, en la que la disputa del voto del peronismo ortodoxo es clave para Kirchner, según explican sus propios asesores.

A fines del año pasado, tras la asunción del santacruceño como presidente del PJ, su apoderado partidario, Jorge Landau, presentó un escrito en el juzgado de Servini de Cubría donde pedía que se reserve para el justicialismo la utilización de decenas de imágenes, sellos, escudos y palabras y siglas, que van desde el típico escudo partidario a fotos de Perón y Eva, pasando por nombres que utilizó en el pasado el movimiento, como Frejuli o Frente Justicialista Federal. La jueza hizo lugar a la mayoría de esos pedidos, pero vetó algunos otros, como la propiedad sobre la marcha peronista cantada por Hugo del Carril.

La Justicia cerró la discusión la semana pasada. El viernes, Servini de Cubría encabezó la muy poética “Audiencia de Símbolos”, una reunión donde los representantes de los distintos partidos deben discutir la utilización de las imágenes que usarán en las elecciones. De manera sorpresiva, Hugo del Carril hijo se presentó en ese encuentro y logró que la magistrada emitiera una resolución donde quedó establecido que los derechos de la marcha cantada por su padre le pertenecen en exclusiva a su familia, por lo que Kirchner no podrá usarla más en sus actos, como venía haciendo hasta ahora.

Del Carril está realmente enojado con el matrimonio presidencial y sus dirigentes, a los que no considera peronistas: “Esto que vivimos no es peronismo. ¡Por favor! El peronismo nunca hubiese mandado a su gente a pegarle a otra que protesta en la Plaza de Mayo, como hizo Luis D’Elía (N. de la R.: se refiere a los hechos ocurridos durante la guerra gaucha del año pasado). Este Gobierno es autoritario, muy soberbio”. El hombre, que maneja un museo dedicado a la carrera de su padre, está indignado también con el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, que en las elecciones legislativas de 2005, en plena pelea de los Kirchner con los Duhalde, dijo que el matrimonio bonaerense podía “meterse la marcha en el culo”. En aquella época los K despreciaban al partido, aunque ahora se refugiaron en él abandonando para siempre la “transversalidad”.

Del Carril asegura que no está vinculado orgánicamente con ningún otro candidato del PJ, aunque destacó que tanto Eduardo Duhalde como los hermanos Rodríguez Saá “sí son peronistas”, igual que el jefe del sindicato de Peones Rurales, Gerónimo Venegas, operador del PJ disidente: “A Kirchner no lo conozco ni quiero conocerlo”.

En el comando de campaña del santacruceño (ahora transformado en bonaerense) minimizaron la prohibición de usar la marcha cantada por Hugo del Carril, que la interpretó por pedido del propio Perón: “No tiene importancia”, dijeron.

OPINIÓN

La marcha hacia el aparato
Diego Schurman

Hay un mito construido sobre la simbología peronista que no se condice con la realidad. ¿Realmente alguien cree que la imagen de Perón y la marcha partidaria tienen la fuerza suficiente como para torcer el resultado de una elección?

Cristina Kirchner venció a Chiche Duhalde en 2005 con una campaña despojada de todo guiño justicialista. Se convirtió en senadora bonaerense sin hablar del General ni cerrar los actos al son del hit de Hugo del Carril.

Por entonces Néstor Kirchner jugaba con la antinomia de “lo nuevo y lo viejo”, creando categorías como “pejotismo” y “grupo mausoleo” para denostar a los que trabajaban por el traslado de los restos de Perón a la Quinta de San Vicente.

El punto más álgido del distanciamiento se alcanzó con una osadía de Aníbal Fernández en tiempos de transversalidad. “Que se metan la marchita en el culo”, recomendó el ministro a la ortodoxia.

Para amortiguar las reacciones internas, la Casa Rosada apeló a una máxima del General. “Mejor que decir es hacer”. Otra manera de afirmar que el peronómetro mide las acciones de gobierno y no el cotillón partidario.

Sólo la debilidad llevó a Kirchner a refugiarse en el PJ. Asumió la presidencia para obturar el crecimiento de corrientes adversas y evitar una diáspora detrás de un nuevo liderazgo.

El repliegue hacia aquello que había desdeñado durante su gestión incluyó la vuelta de la liturgia peronista pero casi como un elemento secundario. El ex mandatario sabe que aquello que pueda evocar la marchita, los dedos en “V” o las gigantografías de Eva y Perón no es determinante a la hora de votar.

Su gran preocupación, como la de todo peronista con aspiraciones presidenciales, es mantener bajo control al fenomenal aparato partidario de la populosa provincia de Buenos Aires. Se trata de un engranaje –aceitado por una liga de intendentes– que además de logística y despliegue territorial ofrece un cúmulo de votos subsidiados. a justicia le prohibió al kirchnerismo que utilice el “himno” peronista que grabó hugo del carril
Néstor se quedó sin la marchita del PJ
La jueza Servini de Cubría accedió a un pedido del hijo del cantante para que la voz de su padre no sea utilizada por el matrimonio presidencial.

Nicolás Wiñazki
03.06.2009

Ya no. Los actos que los intendentes del conurbano le preparan al matrimonio presidencial deberán cambiar la banda sonora.
Desde el viernes pasado, el peronismo no puede usar más en sus actos la marcha peronista. Mejor dicho: por decisión de la Justicia, el PJ de Néstor Kirchner tiene prohibido hacer vibrar a su público con el himno partidario cantado por su intérprete original y más emblemático, Hugo del Carril. El hijo del cantante, llamado igual que su padre, se presentó la semana pasada en el juzgado electoral de Servini de Cubría para pedir que el PJK deje de usufructuar la canción cuyos derechos comerciales están bajo propiedad de su familia.

“Kirchner no es peronista, no tiene nada que ver con el peronismo que me enseñó mi papá. No quiero que esta gente se aproveche de la canción de mi viejo. Si lo hacen, les voy a hacer juicio”, se enojó Hugo del Carril (h) ante Crítica de la Argentina.

Además de no poder usar su clásica marcha, la Justicia le negó al PJ la potestad exclusiva sobre otros símbolos ligados a su historia, como el escudo de las 62 Organizaciones o el dibujo de los dedos haciendo la “V”, que podrán ser utilizados por otros frentes en estas elecciones, en la que la disputa del voto del peronismo ortodoxo es clave para Kirchner, según explican sus propios asesores.

A fines del año pasado, tras la asunción del santacruceño como presidente del PJ, su apoderado partidario, Jorge Landau, presentó un escrito en el juzgado de Servini de Cubría donde pedía que se reserve para el justicialismo la utilización de decenas de imágenes, sellos, escudos y palabras y siglas, que van desde el típico escudo partidario a fotos de Perón y Eva, pasando por nombres que utilizó en el pasado el movimiento, como Frejuli o Frente Justicialista Federal. La jueza hizo lugar a la mayoría de esos pedidos, pero vetó algunos otros, como la propiedad sobre la marcha peronista cantada por Hugo del Carril.

La Justicia cerró la discusión la semana pasada. El viernes, Servini de Cubría encabezó la muy poética “Audiencia de Símbolos”, una reunión donde los representantes de los distintos partidos deben discutir la utilización de las imágenes que usarán en las elecciones. De manera sorpresiva, Hugo del Carril hijo se presentó en ese encuentro y logró que la magistrada emitiera una resolución donde quedó establecido que los derechos de la marcha cantada por su padre le pertenecen en exclusiva a su familia, por lo que Kirchner no podrá usarla más en sus actos, como venía haciendo hasta ahora.

Del Carril está realmente enojado con el matrimonio presidencial y sus dirigentes, a los que no considera peronistas: “Esto que vivimos no es peronismo. ¡Por favor! El peronismo nunca hubiese mandado a su gente a pegarle a otra que protesta en la Plaza de Mayo, como hizo Luis D’Elía (N. de la R.: se refiere a los hechos ocurridos durante la guerra gaucha del año pasado). Este Gobierno es autoritario, muy soberbio”. El hombre, que maneja un museo dedicado a la carrera de su padre, está indignado también con el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, que en las elecciones legislativas de 2005, en plena pelea de los Kirchner con los Duhalde, dijo que el matrimonio bonaerense podía “meterse la marcha en el culo”. En aquella época los K despreciaban al partido, aunque ahora se refugiaron en él abandonando para siempre la “transversalidad”.

Del Carril asegura que no está vinculado orgánicamente con ningún otro candidato del PJ, aunque destacó que tanto Eduardo Duhalde como los hermanos Rodríguez Saá “sí son peronistas”, igual que el jefe del sindicato de Peones Rurales, Gerónimo Venegas, operador del PJ disidente: “A Kirchner no lo conozco ni quiero conocerlo”.

En el comando de campaña del santacruceño (ahora transformado en bonaerense) minimizaron la prohibición de usar la marcha cantada por Hugo del Carril, que la interpretó por pedido del propio Perón: “No tiene importancia”, dijeron.

OPINIÓN

La marcha hacia el aparato
Diego Schurman

Hay un mito construido sobre la simbología peronista que no se condice con la realidad. ¿Realmente alguien cree que la imagen de Perón y la marcha partidaria tienen la fuerza suficiente como para torcer el resultado de una elección?

Cristina Kirchner venció a Chiche Duhalde en 2005 con una campaña despojada de todo guiño justicialista. Se convirtió en senadora bonaerense sin hablar del General ni cerrar los actos al son del hit de Hugo del Carril.

Por entonces Néstor Kirchner jugaba con la antinomia de “lo nuevo y lo viejo”, creando categorías como “pejotismo” y “grupo mausoleo” para denostar a los que trabajaban por el traslado de los restos de Perón a la Quinta de San Vicente.

El punto más álgido del distanciamiento se alcanzó con una osadía de Aníbal Fernández en tiempos de transversalidad. “Que se metan la marchita en el culo”, recomendó el ministro a la ortodoxia.

Para amortiguar las reacciones internas, la Casa Rosada apeló a una máxima del General. “Mejor que decir es hacer”. Otra manera de afirmar que el peronómetro mide las acciones de gobierno y no el cotillón partidario.

Sólo la debilidad llevó a Kirchner a refugiarse en el PJ. Asumió la presidencia para obturar el crecimiento de corrientes adversas y evitar una diáspora detrás de un nuevo liderazgo.

El repliegue hacia aquello que había desdeñado durante su gestión incluyó la vuelta de la liturgia peronista pero casi como un elemento secundario. El ex mandatario sabe que aquello que pueda evocar la marchita, los dedos en “V” o las gigantografías de Eva y Perón no es determinante a la hora de votar.

Su gran preocupación, como la de todo peronista con aspiraciones presidenciales, es mantener bajo control al fenomenal aparato partidario de la populosa provincia de Buenos Aires. Se trata de un engranaje –aceitado por una liga de intendentes– que además de logística y despliegue territorial ofrece un cúmulo de votos subsidiados.

critica

http://www.totalnews.com.ar/templates/mambobizz/images/atriu_business_pic.jpg

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mostrar botones para compartir