Néstor no se escabulle, pero llegar a robarle unas palabras es tan complicado como sobrepasar a la decena de personas que tiene a su alrededor. “¡Néstor, una foto!”. Kirchner posa, regala un saludo, y abrazo fuerte. Está acostumbrado, lo hizo cientos de veces en campaña.
-Como siempre (hace gestos como de restarle importancia).
-¿No fue apresurada la decisión de aprobar la reforma política?
-No. Es un extraordinario sistema democrático. Y se aprobó en un contexto totalmente legítimo.
¿Cuál va a ser su primer proyecto político como diputado?
Me ganaron de mano, iba a presentar la reforma política.
-¿Habrá Kirnchner 2011?
-Mirá, pienso vivir 120 años (se ríe, fiel a su estilo irónico en esta clase de entrevistas fugaces).
-¿Hay que darle batalla a la oposición en el Congreso luego de que asuman los nuevos diputados el 10 de diciembre?
-Tiene que ganar la Argentina. Las batallas y las máquinas de impedir son para los necios.
-¿Con esas palabras se refiere a la oposición?
-Tomalo como quieras.
El resto de la comitiva
Luego del acto de inauguración, con corte de cintas incluido, la presidenta Cristina Kirchner dedicó buena parte de su tiempo a saludar y, al igual que su esposo, se entregó a las cámaras de fotos de los celulares. La gente quería hablarle, darle cartas, mensajes. Ella relucía de rosa y caminaba inconfundible por los pasillos.
Tal es así que se detuvo en un caso particular de una chica que trabaja en el shopping y que la frenó para pidirle ayuda. Habló por celular delante de las cámaras y, al parecer, comenzó a solucionarle el problema.
“Es hombre, no sabe hacer nada”, dijo satírica a un sujeto que intentaba, como tantos otros, tomar una fotografía de Cristina y una mujer, al que tal vez los nervios le jugaron una mala pasada. Tenía la cámara al revés.
Por su parte, el gobernador Daniel Scioli no aflojó mucho, y prefirió enfocar su discurso en lo que correspondía en ese momento. “El Shopping de San Justo es una demostración de confianza y va a tener una influencia positiva porque es un lugar de recreación donde está la posibilidad de encontrar un espacio amplio y seguro”, dijo a este medio.
Cerca de las 13, dos helicópteros y cantidad de vehículos policiales aguardaban en el estacionamiento. Después de saludar y arrojar besos por doquier, primero despegó la presidenta, luego, su marido.
03 de diciembre de 2009
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