El Gobierno pegó primero: el lunes, día de la inauguración del período de sesiones ordinarias en el nuevo Congreso surgido de los comicios del 28 de junio pasado, la Presidenta de la Nación esquivó el rechazo anunciado del Parlamento al DNU del Fondo del Bicentenario y su único anuncio -en un mensaje donde se suelen conocer las leyes que el oficialismo pretende impulsar en el legislativo-, sólo develó la nueva jugada para hacerse con los fondos del Banco Central para pagar la deuda. La provocación fue el dictado de los decretos en el día del inicio de las actividades del Congreso y con el agregado de que la transferencia del dinero al Tesoro se estaba produciendo al momento del discurso.
La oposición pegó después: a lo ocurrido el primero de marzo sumó el revés sufrido en la sesión preparatoria del Senado en la que estuvo ausente Carlos Menem. El kirchnerismo sólo ganaba una semana más con la jugada de dejar sin quórum esa sesión después de lograr la ratificación de José Pampuro en la línea sucesoria presidencial –pensando en el día en que Julio Cobos abandone su puesto- aunque también promovió desconfianza y rencores dentro del surtido arco opositor. En esos hechos pueden encontrarse las razones del veloz y casi inapelable rechazo en comisión del pliego de Mercedes Marcó del Pont al frente del Central, el avance sobre la modificación del Impuesto al cheque y la interpelación a Amado Boudou.
La respuesta opositora tuvo su carga de revancha. El día de la inauguración de las sesiones ordinarias un reconocido diputado no tan cercano a la oposición ni al oficialismo se quejó ante NOVA con esas palabras: “estaban transfiriendo la guita mientras nos tenían acá como unos pelotudos”.
Con Menem convertido en estrella la oposición pudo finalmente imponer su reparto de las comisiones. Gerardo Morales vio su protagonismo esfumarse en la figura del octogenario senador. Pero no sólo se aprobó la conformación de las comisiones como quería la oposición sino que también avanzaron contra Marcó del Pont, Boudou y la caja kirchnerista mediante la modificación del impuesto al cheque. Con asombrosa velocidad, horas después de la sesión ya había dictámenes firmados sobre esos temas. No hubo piedad con la –hasta hace días- respetada titular del Central y ex legisladora: no se le dio prácticamente posibilidad de defenderse.
La oposición además quiere cortarle la salida del decreto al Gobierno, acotando el alcance de esa herramienta. En el Senado lo hará mediante el control de la estratégica Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, algo que concretará esta semana cuando se nombre a su titular y se efectivice la mayoría opositora. Ese comité asesor es el encargado de estudiar los decretos presidenciales y vetos parciales. La estrategia tiene otra pinza desde Diputados donde avanzan la reforma a la ley de DNU para que ambas cámaras del Congreso tengan que aprobar los decretos y no sólo una como ocurre actualmente.
La semana entrante la oposición tratará sobre tablas el dictamen que rechaza el pliego de Marcó del Pont y en la Bicameral buscarán dictaminar en contra del Fondo del Desendeudamiento que desde la justicia ha sido congelado. En Diputados la centroizquierda se sumó al resto de la oposición a la que suele denominar “conservadora”, para solicitarle al Presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner, una sesión especial para impugnar el nuevo Fondo.
Con este panorama, sumado a algunos enojos en filas oficialistas, comienza a abrirse un canal de diálogo con la oposición cuyo referente principal es Pampuro, el hombre que por estos días intentó poner paños fríos a los cruces políticos. Desde el Gobierno, y por ahora, no han censurado esa alternativa. La intención sería evitar que se apruebe el dictamen contra Marcó del Pont y trocar el DNU del Fondo del Desendeudamiento por un proyecto de ley. Claro que también el kirchnerismo se ilusiona con cooptar algunos votos que le permitan evitar el escenario que se viene.
Adolfo Rodríguez Saá, co-estrella con Menem esta semana en el Senado, anticipó a este medio la intención del arco opositor de dialogar con el oficialismo la agenda que incluye los temas con los cuales piensan avanzar esta semana.
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