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19 oct 2010

Testigos Declararon en el Juicio de Luis Patti - Ubiedo- Wenner- Luis Gerez.

18 de Octubre de 2010

Juicio a Patti: declararon Luis Gerez y el hermano de Tilo Wenner

“En 1975 fui víctima de un intento de secuestro por parte de Patti. Pude huir, pero al poco tiempo me detuvieron. Luego, Meneghini reprendió a Patti y le dijo: ‘con uno sólo de la familia alcanza’”, refirió el testigo Federico Wenner al Tribunal Oral Federal 1 de San Martín.
Al prestar declaración indagatoria al inicio del juicio oral, el detenido Meneghini aseguró que nunca supo de secuestros ni torturas en su seccional y que había advertido a Patti que no hiciera “nada ilegal” cuando fue transferido bajo su mando.
Wenner es hermano del periodista y poeta de Escobar “Tilo” Wenner, quien fue secuestrado y asesinado y cuyo cadáver calcinado y con un tiro en la cabeza fue hallado en un descampado junto a otros tres cuerpos, entre ellos el del militante montonero Gastón Goncalvez, por cuyo asesinato se acusa puntualmente a Patti.
Los restos de Goncalvez y Wenner fueron identificados ya en democracia, cuando Patti era intendente de Escobar, enterrados como NN en el cementerio municipal.
Según Wenner desde antes del Golpe Patti actuaba de civil y en un auto sin identificación como oficial de calle en Escobar. “Hacía trabajos de inteligencia”, agregó.
Entre otras tareas “vigilaba la entrada y la salida de personas en la imprenta que teníamos con mi hermano en Escobar. Siempre se lo veía de civil, con un auto particular”.
Tilo Wenner editaba el periódico local El Imparcial, en el que en muchas ocasiones colaboraba escribiendo el luego secuestrado y asesinado Goncalvez.
“Mi hermano entró en la comisaría y no salió más. Se decía que detrás había un baldío donde estaba estacionado un celular, en el que se torturaba”, contó el testigo, al aludir al lugar donde según la investigación estuvieron secuestrados su hermano, Goncalvez y dos maestros que lograron sobrevivir y declararon la semana pasada haber visto a este último allí, Alfredo Marciano y su esposa.
El testigo también fue detenido por Patti. Ese día “en el vestíbulo de la comisaría estaba el comisario Meneghini, llama a Patti aparte y le dice una reprimenda terrible, le dijo que con uno solo de la familia ya alcanzaba”, recordó antes de narrar las torturas que sufrió en la seccional, con Patti presente. “Me tortura un teniente del Ejército, con el señor Patti que miraba tranquilamente”.
Otro testigo en la audiencia de este lunes fue el profesor de Historia Luis Mesa (61 años), quien recordó también que fue secuestrado el 31 de marzo de 1976 y llevado a la seccional de Escobar donde vio a Goncalvez.
Además refirió que antes de ser puesto a disposición del Poder Ejecutivo, fue trasladado por distintas dependencias militares dependientes de Campo de Mayo, donde el jefe era el ahora juzgado Riveros.
Arturo Videla de 69 años, intentó sin éxito preguntar a Patti por el destino de su hermana desaparecida. “¿Dónde está el señor Patti? Yo quería preguntarle dónde está mi hermanito, porque está desaparecido”, dijo mirando a la presidenta del tribunal, Lucila Larrandart. “No se lo va a poder preguntar, señor…”, respondió la magistrada.
A su turno prestó declaración Luis Gerez, cuyo secuestro ocurrido entre el 27 y el 29 de diciembre de 2006 sigue sin esclarecerse. El albañil recordó que en la unidad básica de Escobar donde militaba “siempre nombrábamos al señor Patti y se corría en todo el pueblo el rumor de que ellos eran torturadores ya que yo sabía que efectivamente era así. El señor me torturó con picana eléctrica”.
“Fuimos muy perseguidos por el oficial Patti”, relató, por último, Orlando Ubiedo, un jubilado de 70 años que en 1972 era secretario del sindicato rural en Escobar y tenía trato con Goncalvez.
Al igual que los otros tres juzgados, Patti está procesado con prisión preventiva por diez casos de secuestros, tormentos y asesinatos. En particular está acusado de manera puntual por el crimen de Gastón Goncalvez.
Patti siguió esta nueva audiencia del juicio desde una ambulancia estacionada junto a la sala de audiencias del auditorio Hugo del Carril, en la localidad bonaerense de José León Suárez. El tribunal rechazó un pedido de su defensa para enviarlo a la clínica donde está internado, aduciendo dolores corporales.
El periodista local Tilo Wenner.
“En 1975 fui víctima de un intento de secuestro por parte de Patti. Pude huir, pero al poco tiempo me detuvieron. Luego, Meneghini reprendió a Patti y le dijo: ‘con uno sólo de la familia alcanza’”, refirió el testigo Federico Wenner al Tribunal Oral Federal 1 de San Martín.
El periodista Tilo Wenner dirigía el periódico El Imparcial cuando fue secuestrado.Al prestar declaración indagatoria al inicio del juicio oral, el detenido Meneghini aseguró que nunca supo de secuestros ni torturas en su seccional y que había advertido a Patti que no hiciera “nada ilegal” cuando fue transferido bajo su mando.
Wenner es hermano del periodista y poeta de Escobar “Tilo” Wenner, quien fue secuestrado y asesinado y cuyo cadáver calcinado y con un tiro en la cabeza fue hallado en un descampado junto a otros tres cuerpos, entre ellos el del militante montonero Gastón Goncalvez, por cuyo asesinato se acusa puntualmente a Patti.
Los restos de Goncalvez y Wenner fueron identificados ya en democracia, cuando Patti era intendente de Escobar, enterrados como NN en el cementerio municipal.
Según Wenner desde antes del Golpe Patti actuaba de civil y en un auto sin identificación como oficial de calle en Escobar. “Hacía trabajos de inteligencia”, agregó.
Entre otras tareas “vigilaba la entrada y la salida de personas en la imprenta que teníamos con mi hermano en Escobar. Siempre se lo veía de civil, con un auto particular”.
Tilo Wenner editaba el periódico local El Actual, en el que en muchas ocasiones colaboraba escribiendo el luego secuestrado y asesinado Goncalvez.
“Mi hermano entró en la comisaría y no salió más. Se decía que detrás había un baldío donde estaba estacionado un celular, en el que se torturaba”, contó el testigo, al aludir al lugar donde según la investigación estuvieron secuestrados su hermano, Goncalvez y dos maestros que lograron sobrevivir y declararon la semana pasada haber visto a este último allí, Alfredo Marciano y su esposa.
El testigo también fue detenido por Patti. Ese día “en el vestíbulo de la comisaría estaba el comisario Meneghini, llama a Patti aparte y le dice una reprimenda terrible, le dijo que con uno solo de la familia ya alcanzaba”, recordó antes de narrar las torturas que sufrió en la seccional, con Patti presente. “Me tortura un teniente del Ejército, con el señor Patti que miraba tranquilamente”.
Otro testigo en la audiencia de este lunes fue el profesor de Historia Luis Mesa (61 años), quien recordó también que fue secuestrado el 31 de marzo de 1976 y llevado a la seccional de Escobar donde vio a Goncalvez.
Además refirió que antes de ser puesto a disposición del Poder Ejecutivo, fue trasladado por distintas dependencias militares dependientes de Campo de Mayo, donde el jefe era el ahora juzgado Riveros.
Arturo Videla de 69 años, intentó sin éxito preguntar a Patti por el destino de su hermana desaparecida. “¿Dónde está el señor Patti? Yo quería preguntarle dónde está mi hermanito, porque está desaparecido”, dijo mirando a la presidenta del tribunal, Lucila Larrandart. “No se lo va a poder preguntar, señor…”, respondió la magistrada.
“Fuimos muy perseguidos por el oficial Patti”, relató, por último, Orlando Ubiedo, un jubilado de 70 años que en 1972 era secretario del sindicato rural en Escobar y tenía trato con Goncalvez.
Al igual que los otros tres juzgados, Patti está procesado con prisión preventiva por diez casos de secuestros, tormentos y asesinatos. En particular está acusado de manera puntual por el crimen de Gastón Goncalvez.
Patti siguió esta nueva audiencia del juicio desde una ambulancia estacionada junto a la sala de audiencias del auditorio Hugo del Carril, en la localidad bonaerense de José León Suárez. El tribunal rechazó un pedido de su defensa para enviarlo a la clínica donde está internado, aduciendo dolores corporales.

Fuente: El Día de Escobar
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Dijeron que a veces participaba en las torturas y otras, las observaba

Dos testigos acusaron a Patti

Publicado el 19 de Octubre de 2010
Luis Gerez. El represor siguió la audiencia desde una ambulancia estacionada afuera de la sala.
  Una nueva ronda de testigos complicó ayer a Luis Patti en el juicio oral que se le sigue por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura. Mientras seguía la audiencia desde una ambulancia afuera de la sala, el ex policía fue vinculado directamente con secuestros y torturas en la comisaría de Escobar. El primero en declarar ante el Tribunal Oral Federal Nº 1 de San Martín fue Federico Manuel Wenner, hermano del poeta y periodista asesinado Tilo Wenner. “Mi hermano entró en la comisaría y no salió más. Se decía que detrás había un baldío donde estaba estacionado un celular en el que se torturaba”, señaló ante los jueces Lucila Larrandart, Marta Milloc y Horacio Sagretti. En el momento del secuestro de Tilo Wenner, los hermanos dirigían una imprenta en Escobar. “Patti era un policía que hacía trabajos de inteligencia. Vigilaba la entrada y la salida de personas en la imprenta. Siempre se lo veía de civil, con un auto particular”, contó. Además, narró que él mismo había sido detenido por el actual ex intendente de Escobar, pero fue liberado tras una “reprimenda terrible” del entonces comisario Federico Meneghini, también acusado en el juicio.  “En el vestíbulo de la comisaría estaba Menehgi. Lo llamó a Patti y le dijo que con uno solo de la familia ya alcanzaba”, recordó, y contó cómo allí mismo fue torturado por un teniente del Ejército, mientras Patti “miraba tranquilamente”.El cuerpo de Tilo Wenner fue hallado junto al de Gastón Gonçalves (ambos identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense), por cuyo asesinato está imputado el represor. En la audiencia de ayer también declaró Luis Gerez, quien en 2006, cuando la causa se estaba instruyendo, fue secuestrado durante *24 horas, aunque el caso nunca se esclareció. En su testimonio, el albañil recordó que Patti lo torturó con picana eléctrica cuando estuvo detenido en la comisaría de Escobar en 1972. “¿Dónde está el señor Patti? Porque yo quería preguntarle dónde está mi hermanito, porque está desaparecido”, preguntó al tribunal Arturo Videla, otro de los testigos. “No se lo va a poder preguntar”, respondió Larrandart. A diferencia de las audiencias anteriores, Patti no ingresó al Auditorio Hugo del Carril, donde se desarrollan los debates. El Tribunal rechazó un pedido de sus defensores para que pudiera regresar al Instituto FLENI, donde está internado, y siguió los hechos desde la ambulancia en la que había llegado. En el juicio oral, que es una elevación parcial de los delitos de lesa humanidad perpetrados en Campo de Mayo, también están imputados el ex dictador Reynaldo Bignone, Santiago Omar Riveros, y Meneghini.  Están acusados por el secuestro de 9 personas (de las cuales 6 fueron torturadas) y el asesinato de Gonçalves y Diego Muniz Barreto.

* Aclaracion fueron 48 horas desaparecido en 2006
Fuente:  TIEMPO ARGENTINO

Nota correspondiente a la publicación del día Lunes de 18 de Octubre de 2010
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Otro testigo acusó al ex subcomisario Luis Patti de hacer "inteligencia" durante la última dictadura

El hermano de un poeta y periodista de Escobar, secuestrado y asesinado en la dictadura, aseguró hoy que el ex subcomisario Luis Patti hacía "inteligencia" sobre su familia, aún antes del golpe de Estado, y que actuaba bajo órdenes del entonces comisario de la seccional de ese partido bonaerense, Juan Fernando Meneghini, sometido a juicio oral junto al ex intendente por delitos de lesa humanidad.
Los testimonios se escucharon en una nueva jornada del juicio oral que se le sigue a Patti, a su ex jefe Meneghini, al ex dictador Reynaldo Bignone y al ex general Santiago Omar Riveros por delitos de lesa humanidad en el Tribunal Oral Federal 1 de San Martín.
Entre los testigos, estuvo Luís Gerez, un albañil que volvió a sostener haber sido torturado por Patti y cuyos dichos fueron claves en la causa judicial donde se ordenó la detención del ex intendente.
En noviembre de 2006 Gerez denunció haber sido víctima de un secuestro atribuido a gente cercana al detenido, en un episodio nunca esclarecido.
Además, otros testigos lo vincularon a la detención ilegal del asesinado Gastón Goncalvez, hecho por el que está acusado y lo asociaron a amenazas y persecuciones en Escobar aún antes del golpe militar del 24 de marzo de 1976.
Patti siguió esta nueva audiencia del juicio desde una ambulancia estacionada junto a la sala de audiencias del auditorio Hugo del Carril, en la localidad bonaerense de José León Suárez y el Tribunal rechazó un pedido de su defensa para enviarlo a la clínica donde está internado, aduciendo dolores corporales.
"En 1975 fui víctima de un intento de secuestro por parte de Patti. Pude huir pero al poco tiempo me detuvieron. Luego, Meneghini reprendió a Patti y le dijo: ‘con uno sólo de la familia alcanza’", refirió el testigo Federico Wenner al Tribunal Oral Federal 1 de San Martín.
Al prestar declaración indagatoria al inicio del juicio oral el detenido Meneghini aseguró que nunca supo de secuestros ni torturas en su seccional y que había advertido a Patti que no hiciera "nada ilegal" cuando fue transferido bajo su mando.
Wenner es hermano del periodista y poeta de Escobar "Tilo" Wenner, quien fue secuestrado y asesinado y cuyo cadáver calcinado y con un tiro en la cabeza fue hallado en un descampado junto a otros tres cuerpos, entre ellos el del militante montonero Gastón Goncalvez, por cuyo asesinato se acusa puntualmente a Patti.
Los restos de Goncalvez y Wenner fueron identificados ya en democracia, cuando Patti era intendente de Escobar, enterrados como NN en el cementerio de esa localidad.
Según Wenner desde antes del Golpe Patti actuaba de civil y en un auto sin identificación como oficial de calle en Escobar.
"Hacía trabajos de inteligencia", agregó.
Entre otras tareas "vigilaba la entrada y la salida de personas en la imprenta que teníamos con mi hermano en Escobar. Siempre se lo veía de civil, con un auto particular".
Tilo Wenner editaba un periódico zonal en el que en muchas ocasiones colaboraba escribiendo el luego secuestrado y asesinado Goncalvez.
"Mi hermano entró en la comisaría y no salió más. Se decía que detrás había un baldío donde estaba estacionado un celular, en el que se torturaba", contó el testigo, al aludir al lugar donde según la investigación estuvieron secuestrados su hermano, Goncalvez y dos maestros que lograron sobrevivir y declararon la semana pasada haber visto a este último allí, Alfredo Marciano y su esposa.
El testigo también fue detenido por Patti. Ese día "en el vestíbulo de la comisaría estaba el comisario Menehgini, llama a Patti aparte y le dice una reprimenda terrible, le dijo que con uno solo de la familia ya alcanzaba", recordó antes de narrar las torturas que sufrió en la seccional, con Patti presente. "Me tortura un teniente del Ejército, con el señor Patti que miraba tranquilamente".
Otro testigo, Luís Mesa, un profesor de historia de 61 años, recordó también que fue secuestrado el 31 de marzo de 1976 y llevado a la seccional de Escobar donde vio a Goncalvez.
Además refirió que antes de ser puesto a disposición del Poder Ejecutivo, fue trasladado por distintas dependencias militares dependientes de Campo de Mayo, donde el jefe era el ahora juzgado Riveros.
Arturo Videla de 69 años, intentó sin éxito preguntar a Patti por el destino de su hermana desaparecida.
"Dónde está el señor Patti? Porque yo quería preguntarle dónde está mi hermanito porque está desaparecido", dijo mirando a la presidenta del tribunal Lucila Larrandart. "No se lo va a poder preguntar, señor...", respondió la magistrada.
A su turno el albañil Gerez recordó que en la unidad básica de Escobar donde militaba "siempre nombrábamos al señor Patti y se corría en todo el pueblo el rumor de que ellos eran torturadores ya que yo sabía que efectivamente era así. El señor me torturó con picana eléctrica".
"Fuimos muy perseguidos por el oficial Patti", relató por último Orlando Ubiedo, un jubilado de 70 años que en 1972 era secretario del sindicato rural en Escobar y tenía trato con Goncalvez.
Al igual que los otros tres juzgados, Patti está procesado con prisión preventiva por diez casos de secuestros, tormen
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“Sí, fuimos perseguidos”


Orlando Ubiedo es una de las personas que estuvieron más cerca de Gonçalves. En 1972 era secretario general del sindicato rural de Escobar, un espacio al que Gastón se sumó a desarrollar su trabajo de militancia. “Sí, fuimos perseguidos”, explicó ante una pregunta del fiscal Juan Patricio Murray. “Muy perseguidos por el oficial Patti.” En una oportunidad, “nosotros íbamos a hacer una conmemoración por el Garinazo, y Patti nos dijo que nos dejáramos de hacer estas cosas, si no nos íbamos a atener a las consecuencias”. Pero en otra ocasión los detuvo. Estaban Ubiedo, Gonçalves y su compañera Ana María del Carmen Granada. “Después supimos que era Policía Federal, nos revolvieron todo, nos detuvieron, estuvimos tres días en la Delegación de la Federal de San Martín.” En esos días, y por las persecuciones de Patti que solía detener a sus compañeros hasta las 8 y 9 de la mañana cuando paraban a tomar algo en algún bar, decidieron disolver las reuniones. “Patti era el oficial a cargo de las investigaciones –explicó–; recababa datos, nombres de los delegados y de las comisiones internas de las fábricas, para dárselas a la regional de Tigre, llevaba información.” Según su relato, Patti estaba a cargo de esa tarea de investigación, un dato que conocieron porque “permanentemente recibíamos informes de los compañeros que hacían contrainteligencia de dónde iban los informes que el señor Patti elaboraba”. A través de esos informes supieron que “esos datos iban a Campo de Mayo”. Y a pedido de los defensores explicó todavía más: Patti iba a los sindicatos y a las empresas, indicó: “A mí me exigió los nombres de la lista completa de la comisión directiva de la seccional”.


El país|  Federico Wenner recordó ante el tribunal en qué trabajaba Luis Patti

“Siempre estaba, hacía inteligencia”

Hermano de Tilo, un militante de la JP que editaba un periódico y está desaparecido, Wenner contó que siempre veía a Patti vestido de civil, en un auto particular, dedicado a marcar a la gente. Entre ellos a Gastón Gonçalves, que permanece desaparecido.

Por Alejandra Dandan
/fotos/20101019/notas/na08fo01.jpgFederico Wenner, testigo contextual por la desaparición de su hermano, contó su propio secuestro.
Quiero agregar algo, explicó Federico Wenner antes de terminar. “Simplemente recordar que en este predio el 9 de julio de 1956 fue masacrado un grupo de compañeros peronistas en una asonada, lo paradójico es que en ese momento yo era un chico de once años que vivía a cinco cuadras de acá, y cuando vinimos al día siguiente los charcos de sangre eran tan grandes que estaban tapados con alquitrán líquido, eso a colación de lo que siguió ocurriendo en la Argentina.”
A años de los fusilamientos del ’56, ese mismo hombre volvió ayer al terreno de los basurales ahora convertido en el anfiteatro de ese sórdido descampado de José León Suárez donde se llevan a cabo las audiencias del juicio oral contra el subcomisario Luis Patti, los condenados generales Oscar Riveros y Reynaldo Bignone y el comisario Fernando Meneghini. Federico Wenner es el hermano de Tilo Wenner, propietario de la imprenta Rayo desde donde se hacía el periódico El Actual, una publicación semanal que denunciaba las persecuciones y crímenes previos al golpe militar. Federico es de alguna manera el único sobreviviente de ese diario en el que trabajaban varios militantes de la Juventud Peronista. Su hermano Tilo apareció carbonizado y con un tiro en la cabeza en el mismo camino a orillas del río Luján donde arrojaron el cuerpo de Gastón Gonçalves, cuyo secuestro, desaparición y muerte se investiga en este juicio. Federico habló del rol de “vigilancia” de Patti sobre los militantes y de su propio secuestro: el momento en el que Meneghini reprendió a Patti advirtiéndole que “con uno solo de la familia es suficiente”.
Como sucede en las últimas semanas, sólo Meneghini se sentó en el sector destinado a los acusados. Bignone y Riveros permanecieron en una sala contigua. Y Patti encadenado a su camilla dentro de una ambulancia. Las fotos de los desaparecidos y víctimas de Campo de Mayo continuaron ocupando las primeras hileras de la sala de audiencia. El sector destinado a los seguidores del Paufe permaneció vacío como repleto de fantasmas.
“A Gastón lo conocí porque integraba la Juventud Peronista de la zona norte, con muchos compañeros y mi hermano Tilo”, indicó Federico. “Gastón tenía una columna en el periódico que se llamaba ‘Los Mates de doña Eva’, y eso era una de las partes. La otra parte era la filiación política. Gastón era una excelente persona y un gran compañero.”
A pedido de la querella, Federico Wenner y el resto de los testigos hablaron de lo que fue esa militancia de Gastón. Una identidad social pero sobre todo política que empieza a estar subrayada y a ser levantada en los juicios, no sólo por los sobrevivientes, sino por los familiares. “Tengo entendido que hacía trabajos en la Unión de Trabajadores Rurales –explicó– que estaba en la Dirección Nacional de Educación del Adulto, y hacía trabajos barriales, como correspondía en un gobierno democrático.”
“¿Sufría algún tipo de persecución?”, le preguntó entonces Ana Oberlín, en representación de las querellas. “Luego de la muerte del general Perón –dijo él–, cuando por cuestiones de público conocimiento comenzó a actuar un grupo parapolicial que se llamó Triple A” empezó a observar la violencia. En la imprenta, donde trabajaba con su hermano, indicó, “siempre estaba estacionado a media cuadra, vestido de civil, en un coche particular, el señor Patti, haciendo trabajo de inteligencia. La imprenta estaba frente a la estación de Escobar donde todo era campo, él estaba en la vereda donde no había viviendas, cada dos por tres nos lo encontrábamos y evidentemente no estaba haciendo la siesta: estaba vigilando la entrada y salida de gente que iba a la imprenta”. Gente, aclaró, que eran personas de la Juventud Peronista y vecinos que iban a dejar sus reclamos.
Federico es uno de los testigos contextuales de la causa. Su relato, como la declaración de los testigos que siguieron, permitió aportar detalles sobre el rol de Patti en Escobar, su filiación con el trabajo de inteligencia y con los servicios de informaciones que prestó a los militares de Campo de Mayo, datos que deben probarse en el juicio. “Yo iba a Escobar todos los días –continuó–, periódicamente veía a Patti, pero quisiera recalcar que como oficial de policía jamás se lo vio con uniforme, siempre de civil y transitaba por el pueblo con coche particular, nada que lo identifique como policía.”
Pese a la oposición de los abogados de Patti, Federico Wenner logró contar parte de la historia de su propio secuestro, y señalar a Patti. Eso comenzó el 23 de marzo por la noche, dijo. Esa noche vio todos los vidrios de la imprenta rotos. En la comisaría de Escobar ya estaban las tropas del Ejército. “Entro a la casa de mi hermano y me encuentro con mi cuñada, ella me dice que antes del golpe, un grupo pretendió entrar por la fuerza pero en ese momento teníamos un perro bastante bravo que le dio tiempo a mi hermano a escaparse. Mi hermano era discapacitado, le faltaba el brazo izquierdo producto de un accidente. Lo primero que hice fue intentar ir a una vidriería para que me preparen los vidrios, y cuando salgo veo en un auto particular a un cabo de la policía de Escobar, de nombre Ballesteros, que me dice: ‘¿Dónde se fue tu hermano?’. Y yo me pregunté por qué pregunta por mi hermano.”
Un rato después, un amigo les dijo que Tilo estaba en su casa y por la tarde lo vieron en el taller mecánico de otro compañero. Discutieron. Le propusieron a Tilo sacarlo de Escobar, pero no quiso: “Miren –les dijo–, yo no tengo por qué esconderme”. Y agregó: “Edito un periódico, lo único que se me puede decir es que decimos la verdad”. Y la verdad en esos días era bastante brava. Diez días antes habían secuestrado a otro compañero, y la noticia había salido publicada en el diario. “Yo me voy a entregar”, les dijo Tilo y el 25 a la mañana se presentó en la comisaría de Escobar.
En la comisaría lo recibió el capitán Eduardo Francisco Stigliano. Le dijo que no tenían nada contra él, y lo mandó de nuevo a su casa. Ese mismo 25, la imprenta preparó lo que iba a ser la última publicación del periódico. La tapa era la noticia del intento de secuestro de Tilo. El diario tenía 500 suscriptores por correo, Federico los despachó y a pedido de Tilo llevó uno a la comisaría. “¿Y esto?”, le preguntó Stigliano. “Ya los repartí”, respondió. A las cuatro de la tarde, un sargento y dos cabos entraron a la imprenta con armas largas para llevarse a Tilo. “Mi hermano salió escoltado por estos tres militares, entraron en la comisaría, yo se lo comenté a mi cuñada, pensamos que se lo habían llevado para preguntar algunas cosas, ella fue a ver qué pasaba y Stigliano le dijo que se lo habían llevado a Coordinación Federal.” Fue la última vez que lo vieron.
En los primeros meses del ’77 lo secuestraron a él. La imprenta estaba cerrada. Federico seguía yendo, pero cuando iba a tomarse el tren a la estación de Escobar daba un rodeo para no pasar por la comisaría. A comienzos de marzo, Patti lo esperó en un Peugeot 504. Intentó detenerlo, pero él se metió en la casa de su cuñada. Media hora más tarde tocaron el timbre: un sargento de policía llegaba para llevárselo. Lo subieron al mismo Peugeot, con Patti al volante. “Bajamos los tres –dijo–: el sargento, Patti y yo. En el vestíbulo de la comisaría estaba el comisario Meneghini, lo llama a Patti aparte y le dice: ‘Con uno solo en la familia ya alcanza’”.
A Federico lo tuvieron unos 25 días secuestrado. En esa comisaría, donde el ex comisario Meneghini asegura que no se torturó ni se secuestró, a él lo torturaron en un cuartito, dijo. Situó a un teniente del Ejército, “acompañado por el señor Patti que miraba tranquilamente”.
Wenner mencionó finalmente un episodio del que luego también habló Orlando Ubiedo. Sucedió entre fines de 1975 y comienzos de 1976. Esa vez, el diario había publicado una denuncia de los obreros de Ford por las malas condiciones de la comida. Pocos días después llegaron cuatro autos. “Bajó un grupo de personas que eran de Smata a reclamar porque se publicó la noticia y pudimos comprobar que la concesión del comedor de Ford era de un integrante de Smata: nos robaron, nos intimidaron, lo cachetearon en cierta forma a mi hermano y la policía que estaba a veinte metros no hizo nada.” Según Ubiedo, entre esos hombres estaba disfrazado el propio Patti.
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