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23 nov 2010

El futuro será más bello y justo, por Ángela Urondo

Derechos Humanos y Memoria

Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado en el TiempoArgentino.com)
 
Soy una herida abierta. Pasaron 34 años y cinco meses desde que caímos en sus manos.
Mamá ahora tendría 62 años, tenía 28 cuando se la llevaron.
Papá tenía 46 y ahora tendría 80 pirulos, si no le hubieran arrebatado la vida de un golpe.
A mí me faltaban once días para completar el primer año cuando me torcieron el destino: fui secuestrada y pasé 23 días desaparecida. Conservo ese momento grabado en la memoria.
A través del vidrio blindado nos volvemos a ver, los años no atenuaron la maldad en sus ojos. ¿Sabrán quién soy cuando me clavan la mirada? ¿Se acordarán? Y enseguida me respondo: seguro, se acuerdan todo, saben bien qué y dónde. Tienen a mamá, y esa es su única ventaja sobre mí.
Al verlos no siento enojo, ni odio, ni nada por ellos, todos los sentimientos son hacia mis padres, es puro amor y dolor lo que me desborda. Con cada lágrima dejo ir el peso de una piedra. El primer paso post-impunidad parece reubicarme ante la vida con muchos menos dolores. Nada compensará el tiempo dolido, ni devolverá lo perdido, ni reparará lo destruido, pero este principio de justicia ayuda a ver al futuro de otra forma, anticipa una paz desconocida.
Están los jueces, el fiscal y los abogados para hacer de la justicia un hecho. Se siente la contención de la Corte Suprema y la presencia del presidente pingüino, a quien lamento no poder agradecerle su coraje para que estos juicios se llevaran a cabo. Sin estar, están los abuelos, mi hermana y tantas otras personas que hubiesen querido llegar a este momento pero se les fue la vida antes. Se siente la presencia de Alfredo Guevara (p), piedra fundamental de este juicio que tanto le pertenece. Se siente el calor de las antorchas de Puente de Hierro y el respaldo de las miles de personas que me abrazaron en la vigilia, y el cariño llegando de lejos, se siente todo ese amor en el cuerpo. Se siente que el futuro será más bello y justo, porque aunque cueste creerlo, nada es imposible, y podemos hacer del mundo un lugar mejor, empezando por evitarnos convivir con los delincuentes que llevaron a cabo esta masacre. Ojalá paguen tras las rejas las deudas que con sus propios actos adquirieron con la sociedad.
Mi más sincero deseo de Salud y Larga Vida PRESOS a todos ellos, para la salud de todos los demás.
  (*) Ángela Urondo es hija de Alicia Raboy y Francisco Urondo.(Agencia Paco Urondo)

 http://san-fernando-mi-ciudad.blogspot.com/

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