**“La memoria no es una fecha que señala el inicio de una ausencia, sino que es un árbol que, plantado en el ayer, se levanta al mañana. Nada estará completo si falta la memoria. Y 'memoria' es como acá llamamos a la justicia”.
Subcomandante Marcos**
La memoria es nuestra historia colectiva. No la de los libros. No la de la Academia. Ni siquiera la discutida (y discutible) lista cronológica de hechos y sucesos que memorizábamos en la escuela primaria.
La memoria es saber. Querer saber. Animarse a saber aunque, como dice el Libro del Eclesiastés, “Quien añade sabiduría, añade dolor”.
Los argentinos, que durante muchos años vivimos en esa peligrosa ignorancia activa que es la falta de memoria, desde hacer unos años hemos elegido saber: desde la emoción, desde el reconocimiento a los que dieron la pelea, desde el respeto por los ideales… Saber desde la sed de justicia, que no es rencor ni venganza.
Esta toma de conciencia es un evidente indicador de nuestra propia recuperación como sociedad y como país. No se puede escapar a la memoria. No se puede huir del pasado. Como dijera don Carlos Quijano, periodista, político y verdadero maestro de una generación militante uruguaya, “Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla”.
Revisemos, entonces, desde la memoria. Animémonos a una cronología emotiva de aquellos días y de aquellos hechos.
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