En el 190 aniversario del fallecimiento de Martín Güemes es importante rescatar la importante figura de Macacha Güemes, hermana del General, que entregó su vida a la causa de la Liberación Nacional y a proseguir la lucha de las montoneras. El olvido de esta gran mujer, como las de muchas otras patriotas y que cumplió el mismo papel que los más destacados revolucionarios, no es una anécdota sin importancia, sino que es parte de la discriminación al género por parte de la historia oficial que debemos repudiar.
Ella fue consecuente en la consecución de las mismas ideas en los peores momentos ante la incomprensión general y durante las derrotas infligidas a los patriotas salteños.
Nuestro cálido homenaje a ella. Magdalena Güemes de Tejada (Macacha) |
María Magdalena Güemes de Tejada, nació en Salta, el 11 de diciembre de 1787, del matrimonio conformado por doña María Magdalena Goyechea y de la Corte y por Gabriel Güemes Montero, tesorero de la Real Hacienda. El General José María Paz en su libro “Campañas de la Independencia” (memorias póstumas), la describe como: “...mujer ambiciosa, intrigante y animosa, al paso que dotada de garbo y hermosura...” Según Bernardo Frías era “... arrogante y hermosa, que durante el gobierno difícil de la guerra, habría de llevar la armonía a las pasiones, la prudencia y el acierto en los consejos, la luz en los momentos más delicados del peligro y una sagacidad e inteligencia nobles y generosas en la diplomacia, acompañado todo ello de la seducción y el encanto que se desprenden de la mujer inteligente y culta. (Historia del General Güemes – Bernardo Frías – Tomo I – Página 482).
Macacha, su apelativo popular, contrajo enlace matrimonial en octubre de 1803, a los 16 años de edad, con don Román Tejada, perteneciente a una antigua familia de Salta, de clase principal que integraba una larga nómina de familias realistas.
Roberto Vitry en su libro “Mujeres Salteñas”, (páginas 139 y 140) cuenta que “... su acción a favor de la causa patriota se inició poco después de la Revolución de Mayo, cuando convirtió su casa en taller de confección de uniformes para los soldados de la partida de observación organizada por su hermano. A partir de entonces fue su más entusiasta colaboradora y supo sacar partido de su noble inteligencia y posición para desempeñar tareas arriesgadas, especialmente cuando los realistas ocupaban la ciudad de Salta y Güemes los combatía con todos los medios a su alcance. Dotada de gran habilidad política, la puso al servicio de su hermano en los momentos más difíciles, como en 1815, cuando gracias a sus gestiones se llegó a la paz de Los Cerrillos, luego de la delicada situación entre Güemes y las fuerzas de Buenos Aires al mando del General Rondeau. Cuando el general realista La Serna intentó sobornar al general Martín Miguel para que se retirase de la lucha o para que se mantenga neutral, proponiéndole a cambio llevarlo a España, educarle a todos sus hijos a costa del Estado, condecorarlo, darle el título de Marqués y Grande de España y a más de todo esto un millón de pesos.
Para lograr su propósito La Serna “... Encargó al Jefe de su Estado Mayor don Jerónimo Valdés, pasara a verla (a Macacha) y pusiera todo su empeño en hacerla acceder para que lo acompañara al campamento de su hermano, sirviendo de mediadora, como contaban lo había sido con Rondeau en otra emergencia. Resistió cuanto pudo... Pero era casada con un hombre célebre en las sociedades del norte por su descarado cinismo, don Román Tejada, que pertenecía a una familia de marcado sello realista “... Lo que no pudo conseguir con Macacha lo logró con su esposo Román Tejada, quien lo llevó hasta el General Güemes, donde Valdés puso el pliego con la propuesta en manos del Jefe Patriota. Este lo leyó rechazó y despreció el ofrecimiento en forma categórica.
Referirse a Macacha Güemes es hacerlo acerca de una hidalga mujer de Salta, que trabajó incansablemente al lado de su hermano, el Héroe Gaucho, para garantizar la emancipación de los pueblos de este continente. Su aporte a la causa patriótica ocupa un importante lugar en la historia de su tierra y su vida con el tiempo se convirtió en una leyenda para el sentir de su pueblo. Macacha en esta evocación representa a muchas valerosas mujeres que ofrendaron generosamente su existencia al servicio de la patria.
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