Incluso en el distrito porteño, Cristina Fernández dobla en intención de voto a Mauricio Macri. (TELAM)
Tres consultoras confirman que la Presidenta mantiene una amplia ventaja de cara a los comicios de octubre
A nueve meses de las elecciones que definirán al próximo presidente de los argentinos, tres consultores nacionales pronostican un triunfo en primera vuelta de Cristina Fernández de Kirchner, con una proyección de voto del 45 por ciento y una ventaja de más de diez puntos sobre el segundo. Incluso, en un distrito adverso como la Ciudad de Buenos Aires, la Presidenta dobla en la proyección a Mauricio Macri con el 31,4 por ciento, sobre el 14,6 por ciento que registra el jefe de Gobierno porteño. Una ventaja que se amplía en provincias cruciales –por el caudal de votos que aportan– como Santa Fe, Córdoba y Mendoza, o el propio Gran Buenos Aires. En todos los casos, la Presidenta se impondría con una ventaja de 20 puntos porcentuales sobre su inmediato seguidor.
“Cristina gana en primera vuelta, de acuerdo con la totalidad de las agencias con más del 40 por ciento y mantiene una diferencia de más de diez puntos sobre el segundo. Según nuestros sondeos, la siguen Ricardo Alfonsín y Mauricio Macri. Entre ellos hay empate técnico en alrededor del 20 por ciento”, afirma el consultor Ricardo Rouvier. Roberto Bacman, director de la consultora Ceop, aporta un análisis similar: “Aunque la Presidenta baje en intención de voto, mantiene una gran ventaja con el segundo. Alfonsín y Cobos están en un diez por ciento, un poquito por arriba Alfonsín, precisa Bacman.
Para Artemio López, de la consultora Equis, en los dos últimos años Cristina Fernández superó a Macri gracias a su gestión de gobierno, y el PRO descendió por la falta de respuestas concretas ante las demandas de los porteños. “En 2007, Cristina medía un 22 por ciento en Capital y Macri llegaba al 30 por ciento. Hoy, el panorama es muy diferente. Esto obedece a las políticas llevadas a cabo por ambos gobiernos. El déficit habitacional, la falta de medicamentos en los hospitales de la Ciudad y el escándalo en la conformación de la Policía Metropolitana desnudaron los graves problemas del PRO para gobernar”, sostiene López.
A diferencia de muchos analistas políticos que hacen hincapié en la muerte de Néstor Kirchner para explicar el ascenso de la Presidenta, López asegura que “el crecimiento se notó a principios de 2009”, aunque reconoce que “el Frente para la Victoria medía un 36 por ciento a nivel nacional y, luego de su deceso, superó el 42 por ciento”. En última instancia, una diferencia no tan importante como pretenden algunos sectores de la oposición.
En los hechos, el panorama es similar al que registra la consultora Ceop. En este caso, la intención de voto a presidente marca que Cristina Fernández alcanza casi 44 por ciento en cualquiera de los escenarios. Lejos se ubican Macri y Alfonsín –ninguno supera el 13 por ciento–. Más lejos aún marchan Eduardo Duhalde, Julio Cobos, Fernando Pino Solanas, Elisa Carrió y Hermes Binner, con intenciones que oscilan entre los 7 y los 3 puntos porcentuales.
“Cristina gana en primera vuelta, de acuerdo con la totalidad de las agencias con más del 40 por ciento y mantiene una diferencia de más de diez puntos sobre el segundo. Según nuestros sondeos, la siguen Ricardo Alfonsín y Mauricio Macri. Entre ellos hay empate técnico en alrededor del 20 por ciento”, afirma el consultor Ricardo Rouvier. Roberto Bacman, director de la consultora Ceop, aporta un análisis similar: “Aunque la Presidenta baje en intención de voto, mantiene una gran ventaja con el segundo. Alfonsín y Cobos están en un diez por ciento, un poquito por arriba Alfonsín, precisa Bacman.
Para Artemio López, de la consultora Equis, en los dos últimos años Cristina Fernández superó a Macri gracias a su gestión de gobierno, y el PRO descendió por la falta de respuestas concretas ante las demandas de los porteños. “En 2007, Cristina medía un 22 por ciento en Capital y Macri llegaba al 30 por ciento. Hoy, el panorama es muy diferente. Esto obedece a las políticas llevadas a cabo por ambos gobiernos. El déficit habitacional, la falta de medicamentos en los hospitales de la Ciudad y el escándalo en la conformación de la Policía Metropolitana desnudaron los graves problemas del PRO para gobernar”, sostiene López.
A diferencia de muchos analistas políticos que hacen hincapié en la muerte de Néstor Kirchner para explicar el ascenso de la Presidenta, López asegura que “el crecimiento se notó a principios de 2009”, aunque reconoce que “el Frente para la Victoria medía un 36 por ciento a nivel nacional y, luego de su deceso, superó el 42 por ciento”. En última instancia, una diferencia no tan importante como pretenden algunos sectores de la oposición.
En los hechos, el panorama es similar al que registra la consultora Ceop. En este caso, la intención de voto a presidente marca que Cristina Fernández alcanza casi 44 por ciento en cualquiera de los escenarios. Lejos se ubican Macri y Alfonsín –ninguno supera el 13 por ciento–. Más lejos aún marchan Eduardo Duhalde, Julio Cobos, Fernando Pino Solanas, Elisa Carrió y Hermes Binner, con intenciones que oscilan entre los 7 y los 3 puntos porcentuales.
El escenario porteño. Aquí los análisis de los consultores difieren, según sean los candidatos medidos. López asegura que en el FpV lo que mide es la fuerza y no los postulantes. Sin embargo, señala que el ministro de Economía, Amado Boudou, obtiene ventajas en el electorado independiente. Para Rouvier, las encuestas favorecen al senador Daniel Filmus. Bacman, por su parte, arriesga que si Macri no es candidato en la Ciudad, el oficialismo nacional ganaría ante las posibles candidaturas de la diputada Gabriela Michetti o el jefe de Gabinete porteño, Rodríguez Larreta.
“En Capital, el PRO tiene mayor intención de voto, tanto con la candidatura de Macri como con la de Michetti. Igualmente, la diferencia no es tan grande si tomamos en cuenta a Filmus, el mejor candidato del FpV. En ese escenario, la diferencia puede estar en seis puntos”, afirma Rouvier.
Según López, el futuro jefe de Gobierno se definirá en un ballottage. Sus mediciones indican que el PRO mide un 33 por ciento, seguido por el FpV con poco más del 23 por ciento. “En una segunda vuelta, quien reúne más intención de voto en el electorado independiente es Boudou. Tiene un perfil ideológico menos definido, pero mayor en términos de gestión”. Según la visión, un punto a su favor, especialmente en la zona sur de la Ciudad, donde la inseguridad y el déficit habitacional son problemas que el gobierno de Macri no alcanza a solucionar.
“En Capital, el PRO tiene mayor intención de voto, tanto con la candidatura de Macri como con la de Michetti. Igualmente, la diferencia no es tan grande si tomamos en cuenta a Filmus, el mejor candidato del FpV. En ese escenario, la diferencia puede estar en seis puntos”, afirma Rouvier.
Según López, el futuro jefe de Gobierno se definirá en un ballottage. Sus mediciones indican que el PRO mide un 33 por ciento, seguido por el FpV con poco más del 23 por ciento. “En una segunda vuelta, quien reúne más intención de voto en el electorado independiente es Boudou. Tiene un perfil ideológico menos definido, pero mayor en términos de gestión”. Según la visión, un punto a su favor, especialmente en la zona sur de la Ciudad, donde la inseguridad y el déficit habitacional son problemas que el gobierno de Macri no alcanza a solucionar.
El Gran Buenos Aires. Todos coinciden en que Daniel Scioli gana tranquilo con un promedio de 36 puntos. Ya nadie parece recordar el triunfo de Francisco De Narváez en la provincia de Buenos Aires en las elecciones legislativas de 2009. Hoy, el empresario contaría con una intención de voto del 15 por ciento para gobernador. Es más, en los últimos meses habría perdido terreno. Para explicar el fenómeno, Bacman advierte que “en una elección para presidente nadie emite un voto castigo. Además, cuenta mucho la gestión que llevó a cabo el Gobierno Nacional y la Mesa de Enlace ya no convoca como antes”.
Según López, Scioli mantiene una amplia ventaja sobre De Narváez –43 por ciento contra el 15 por ciento–. También Rouvier señala que Scioli gana tranquilo. Sus cálculos –sin proyectar– ubican al ex motonauta con un 32/33 por ciento, escoltado por De Narváez con el 22 por ciento. Martín Sabbatella haría una muy buena elección con un 8 por ciento.
Según López, Scioli mantiene una amplia ventaja sobre De Narváez –43 por ciento contra el 15 por ciento–. También Rouvier señala que Scioli gana tranquilo. Sus cálculos –sin proyectar– ubican al ex motonauta con un 32/33 por ciento, escoltado por De Narváez con el 22 por ciento. Martín Sabbatella haría una muy buena elección con un 8 por ciento.
Resto del país. En la provincia de Santa Fe el panorama es dudoso. Rouvier asegura que decidió no hacer más mediciones dada la incertidumbre en la perdurabilidad de los aspirantes. “Jorge Obeid se bajó, Carlos Reutemann también, el panorama está totalmente abierto”, afirma Rouvier. “En Santa Fe el candidato de Binner tiene buena imagen, pero compite con el senador Rubén Giustiniani y Mario Barletta, intendente de Santa Fe Capital. El peronismo no logra peso ni está unificado”, aporta López. Bacman coincide en subrayar lo fluido de la situación provincial: “No es lo mismo Miguel Lifschitz (intendente de Rosario) o Binner que Giustiniani, quien está mejor posicionado. También hay que ver si Agustín Rossi se lanza. No hay nada bien definido”.
En Córdoba, otro distrito clave, “la situación no es favorable para el kirchnerismo. Aquí se impondría el senador Luis Juez o el candidato que finalmente levante el radicalismo”, apunta Rouvier. Según Bacman, en la provincia mediterránea, el voto se dividirá. “Hay que ver si el intendente de Villa María, Eduardo Accastello, y Juan Manuel De La Sota llegan a un acuerdo. Juez y el radicalismo están divididos. Nadie está seguro”, dice el consultor.
Otro distrito estratégico es Mendoza. Según las consultoras, el gobernador Celso Jaque tiene pobre imagen. Además, no puede ser reelecto. Por el lado de los radicales, los que mejor apuntan son Víctor Fayad –intendente de la capital provincial– y su par de Godoy Cruz, Alfredo Cornejo.
En Tucumán, todo señala que Jorge Alperovich alcanzará con comodidad la reelección. En el resto del NEA y el NOA, las encuestadoras auguran que el FpV se impondrá por amplios márgenes.
En Córdoba, otro distrito clave, “la situación no es favorable para el kirchnerismo. Aquí se impondría el senador Luis Juez o el candidato que finalmente levante el radicalismo”, apunta Rouvier. Según Bacman, en la provincia mediterránea, el voto se dividirá. “Hay que ver si el intendente de Villa María, Eduardo Accastello, y Juan Manuel De La Sota llegan a un acuerdo. Juez y el radicalismo están divididos. Nadie está seguro”, dice el consultor.
Otro distrito estratégico es Mendoza. Según las consultoras, el gobernador Celso Jaque tiene pobre imagen. Además, no puede ser reelecto. Por el lado de los radicales, los que mejor apuntan son Víctor Fayad –intendente de la capital provincial– y su par de Godoy Cruz, Alfredo Cornejo.
En Tucumán, todo señala que Jorge Alperovich alcanzará con comodidad la reelección. En el resto del NEA y el NOA, las encuestadoras auguran que el FpV se impondrá por amplios márgenes.
Algunas conclusiones. De cara a las elecciones presidenciales, los tres consultores coinciden en subrayar que a la oposición le falta personalidad y que no cuenta con candidatos de suficiente envergadura. También coinciden en que el oficialismo encuentra en su gestión a nivel nacional su principal punto de apoyo.
“Alfonsín, y el radicalismo en su conjunto, tienen un problema grave: deben demostrar que son una alternativa viable de gobernabilidad. Cargan con el estigma de dos gobiernos terminados antes de la finalización del mandato”, concluye Bacman.
Especulaciones al margen, hay un dato que no se puede soslayar. De las 24 provincias que componen el territorio nacional, siete jurisdicciones tomaron la decisión de desdoblar las elecciones distritales de las nacionales, en clara oposición a los deseos de la Casa Rosada. Córdoba y San Luis podrían seguir el mismo camino. En tanto, las provincias kirchneristas acompañarán la decisión oficial de ir a las urnas en octubre de este año clave.
“Alfonsín, y el radicalismo en su conjunto, tienen un problema grave: deben demostrar que son una alternativa viable de gobernabilidad. Cargan con el estigma de dos gobiernos terminados antes de la finalización del mandato”, concluye Bacman.
Especulaciones al margen, hay un dato que no se puede soslayar. De las 24 provincias que componen el territorio nacional, siete jurisdicciones tomaron la decisión de desdoblar las elecciones distritales de las nacionales, en clara oposición a los deseos de la Casa Rosada. Córdoba y San Luis podrían seguir el mismo camino. En tanto, las provincias kirchneristas acompañarán la decisión oficial de ir a las urnas en octubre de este año clave.
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