El núcleo duro del Gobierno analiza, además, una reforma constitucional
El sector del kirchnerismo al que la Presidenta más escucha diseña por estos días un plan para tratar de ganar las próximas elecciones presidenciales, en octubre próximo, con la sola figura de Cristina Kirchner. Su reelección -dicen- debe ser obra de ella misma: el PJ la acota y le resta más votos de los que suma, al menos en sectores independientes, evalúan en el "cristinismo", mientras elaboran una estrategia de marketing para instalar la "mística ganadora" de que el triunfo está descontado, aun antes de los comicios.Por Mariano Obarrio Ese operativo consiste en contagiar exitismo y euforia dentro y fuera de la alianza oficialista, según confiaron altas fuentes oficiales a La Nacion. El plan contempla el adelanto de varias elecciones provinciales para lograr una seguidilla de triunfos locales, llenar el espacio público de encuestas favorables, repartir recursos, inaugurar obras y asociar la imagen del Gobierno a la de una "Argentina feliz".
La Presidenta comenzó incluso a dejar que sus operadores hablen de una nueva reforma de la Constitución, sobre la base de un sistema parlamentario que le permita soñar con otra reelección en 2015 y la convierta en una presidenta sin plazo de vencimiento. El objetivo, más allá de la reforma, es instalar una idea de triunfo asegurado y de impotencia de la oposición. Y evitar, además, la perspectiva de una presidenta débil en un hipotético segundo mandato.
Esa "ala izquierda" o el denominado "cristinismo", que pretende ganar sin el peronismo, está liderada por Carlos Zannini, secretario legal y técnico, y Héctor Icazuriaga, titular de la SIDE, a los que se suman la ministra de Seguridad, Nilda Garré; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina; el ministro de Economía, Amado Boudou; el diputado Carlos Kunkel; los jóvenes de La Cámpora, y las líderes de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
En vida de Néstor Kirchner, estos sectores nunca alcanzaron tanta influencia como con Cristina Kirchner, ya que él hacía equilibrio entre el progresismo y el peronismo más ortodoxo. Pero desde que Kirchner murió, todo cambió. Por ejemplo, el gobernador bonaerense Daniel Scioli está en la mira y hoy el "ala dura" aconseja la ruptura con él y con los intendentes del PJ del conurbano, o sea el aparato partidario. También tiene en la mira al sindicalismo duro, aunque el jefe de la CGT, Hugo Moyano, es un aliado. Quieren arrastrar a Cristina Kirchner a "ganar sola". La Presidenta no romperá con el gobernador, pero sí busca acotar al PJ cuando impulsa las listas colectoras progresistas como un voto propio de ella. Como su intención de voto ronda el 35 no quiere perder el electorado de izquierda, que podría irse con Fernando "Pino" Solanas. "Para ellos, el PJ es un techo, resta más de lo que suma", confió un miembro del "ala dura".
El grupo "moderado", aunque sin tanta coordinación, está conformado por Julio De Vido y Florencio Randazzo, entre otros. Quieren preservar la relación con el PJ, aunque no se inmolarán por frenar las colectoras.
El "cristinismo", en cambio, organiza reuniones en sus casas, planifica, intercambia borradores y conforma grupos de trabajo. Y, sobre todo, recibe encuestas de consultoras a las que contrata especialmente.
De allí sacaron algunas conclusiones y diseñaron una estrategia:
Cristina Kirchner debe superar en votos al PJ. Por ello bendijeron el adelanto de las elecciones, como Misiones, La Rioja, Chaco, Tucumán, Salta, Neuquén y Tierra del Fuego; allí, la Presidenta ganaría cómoda en octubre: no necesita el arrastre de sus caudillos y anticipar una seguidilla de triunfos locales le crearía un clima triunfal propicio para el electorado indeciso del resto del país. Y ayudará a compensar posibles derrotas anticipadas en Catamarca, Chubut, San Luis y ciudad de Buenos Aires, si es que ésta vota antes de octubre.
El triunfo debe ser sólo de ella y, en lo posible, por amplio margen. Sólo así se podría pensar en reformar la Constitución para 2015, un proyecto que pilotea Zannini. Con sólo hablar de ella, se creará, creen, la sensación de un triunfo inevitable. Es lo que quieren: dar por superado 2011.
Se debe llenar el espacio mediático de encuestas favorables de consultoras no tan ligadas al Gobierno. La primera que difundieron fue una de Julio Aurelio, que vaticinaba un triunfo de Cristina Kirchner en primera vuelta por 51%. Descartaron a encuestadores cautivos por no tener credibilidad. Esta estrategia está dirigida al sistema político para cerrar la etapa de definición de alianzas. La idea de instalar con números de encuestas que ganará en primera vuelta es contradictoria con la de imponer las colectoras para buscar el voto de la izquierda. Si los números fueran tan claros, no existiría tanto interés por sumar apoyos externos al PJ.
Con ello, desde el Gobierno buscaron disciplinar a José Manuel De la Sota, en Córdoba, y ordenar la interna oficialista en Buenos Aires y en Santa Fe.
Otra pata del operativo es golpear la imagen de la oposición y lograr su atomización en las encuestas, para que ninguna alianza polarice con Cristina en la primera vuelta a través del "voto útil" antikirchnerista.
En ese plan de "mística ganadora", la Presidenta se mostrará en todo el país con actos y anuncios de planes sociales, dinero, obras, aumentos de jubilados, asignaciones a hijos. El presupuesto nacional será parte de la campaña electoral.
De hecho, la publicidad K comenzó a desplegar el recurso publicitario de vincular al gobierno de Cristina Kirchner con la "Argentina feliz" .
Para recoger votos en la díscola ciudad de Buenos Aires, se evalúa reclutar cuatro candidatos colectores: Amado Boudou, Carlos Tomada, Daniel Filmus y Jorge Telerman, en tratativas con el kirchnerismo.
A la vez, el anuncio del Plan Estratégico Industrial Argentina 2020 también buscó implícitamente instalar la idea de que hay kirchnerismo por diez años más, según confiaron a LA NACION fuentes oficiales. Además, buscó acercar al sector industrial.
En las mesas del "ala izquierda" del Gobierno, se estudia una reforma constitucional para discutir luego de las elecciones si la Presidenta gana por amplio margen, que le permitiría entre otras cosas soñar con una reelección en 2015 a través del cambio de sistema de gobierno presidencialista a uno parlamentario. Si bien está monitoreado por Zannini, el mayor avance en su análisis lo está haciendo la diputada Diana Conti con el juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni. Pero el plan, aún en borradores, se habló en muchas casas de funcionarios y dirigentes kirchneristas durante el verano. Se busca generar la expectativa de que Cristina Kirchner seguirá por muchos años.
LA ESTRATEGIA
Adelanto de comicios La Presidenta ya dio vía libre a varios gobernadores para que anticipen las elecciones en sus provincias con la idea de crear un clima triunfalista.
Romper con el PJ El "ala dura" del Gobierno aconseja a la Presidenta romper con el PJ para ganar sola. También busca un enfrentamiento con Scioli y con el sindicalismo duro de la CGT.
Reforma constitucional El plan electoral de los allegados a Cristina Kirchner consiste en impulsar a la vez una reforma constitucional para impulsar una eventual re-reelección en 2015.
UN PROYECTO QUE RESULTA "INEVITABLE"
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, afirmó ayer que la candidatura de la presidenta Cristina Kirchner a la reelección es "inevitable", ya que -según graficó- la mandataria "es la única que garantiza en la Argentina de a pie que estén bien cuidado los garbanzos".
Si bien el jefe de ministros aclaró que "todavía es prematuro, falta un tiempo y nadie da ventaja en eso", por otra parte planteó que "no hay opción para que sea otra persona" que no sea Cristina quien se presente a los comicios de octubre representando al justicialismo. "La única que le garantiza a la Argentina de a pie que sus garbanzos están bien cuidados es Cristina. Eso es oro en polvo. Porque la gente padeció mucho en 2001", señaló Fernández al diario Tiempo Argentino. A la vez, Fernández dijo que si el detenido titular de la Unión Ferroviaria, José Pedraza, "tiene algo que ver" con el crimen del joven Mariano Ferreyra, "lo va a tener que pagar".
fuente lanacion |
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